De Mendiguren: "Sólo un shock de demanda nos sacará de la depresión"

El titular de la UIA criticó el déficit cero y estimó que los bonos provinciales pueden ayudar a la reactivación

El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren, señaló que de la depresión económica de 40 meses que atraviesa el país sólo se puede salir con "un shock de demanda" que "corte el círculo vicioso de ajuste y caída de la recaudación".
Con los números de una nueva caída de la producción industrial en la mano, el jefe de la central fabril reclamó al gobierno un "plan consistente" para "superar el actual modelo económico" que ataque el problema de la competitividad, el tipo de cambio, la distorsión de precios relativos y el peso de los intereses de la deuda.
"Sin un shock de demanda que lleve al crecimiento no hay número que cierre en el Estado, por lo cual la política de déficit cero deja de tener efecto", señaló y explicó que "si el ajuste se hace por la vía de reducción de salarios y proveedores se profundiza la caída de la actividad económica y la recaudación no sube; entonces, la próxima foto se saca recortando más".
De Mendiguren, que estuvo ayer en Rosario invitado por la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), estimó que la utilización de los bonos provinciales como medio de pago "en un esquema controlado" puede generar una situación de liquidez que permita "retomar el crecimiento".
"El caso que conozco es el de la provincia de Buenos Aires, que no tenía otra alternativa para elegir", dijo y recordó que Europa realizó una experiencia exitosa de este tipo hace unos años cuando emitió el "bono verde". Advirtió, no obstante, que la clave es que "no se emita descontroladamente".
Con el escenario poselectoral todavía diseñándose, De Mendiguren bajó a Rosario con la intención de consolidar un consenso dentro del sector productivo para actuar en dos frentes: meter la agenda industrial en las medidas que analiza Domingo Cavallo, y presionar para una renegociación global del Mercosur.
"Pretender que las empresas puedan competir con un socio que realizó una devaluación competitiva (descontada la inflación) del 85% en los últimos dos años es condenar a la desaparición a sectores industriales que, por ejemplo, tienen mucho peso en Santa Fe, como carroceros, maquinaria agrícola, fabricantes de remolques y de muebles".