El personal de un diario en Israel recibió un sobre sospechoso lleno de polvo blanco con la leyenda "Saludos desde Afganistán". En Canadá, los temores al ántrax vaciaron numerosos edificios en todo el país. En Corea del Sur, los trabajadores postales que manejan la correspondencia internacional empezaron a usar máscaras de gas y guantes. No se confirmaron ataques con ántrax fuera de EEUU, pero docenas de sustos y numerosas bromas de mal gusto han esparcido la ansiedad en todo el mundo. En varios continentes se ha movilizado a hombres con buzos y escafandras para lidiar con lo que hasta ahora han sido falsas alarmas. Los gobiernos están tomando las amenazas seriamente, pero enfrentan la tarea contradictoria de tratar de mantener al público informado sin provocar pánico. En Argentina, el Instituto Malbrán acumula ya 70 cartas enviadas desde EEUU y Pakistán a distintos puntos de la Argentina, derivadas allí para descartar que sean el transporte de la bacteria del ántrax, y realizó ya 60 análisis con resultado negativo. (AP)
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