Luis Castro
Es muy difícil por estos tiempos encontrar la sinceridad. En todos los ámbitos, ya sea políticos, deportivos u otros, en la mayoría de los casos se opta por ocultar la verdad antes que decirla. Era vox pópuli que Líber Vespa había quedado afuera de los once por bajo rendimiento, pero puede resultar raro que un jugador lo reconozca abiertamente. Pero el Indio optó por la sinceridad y aceptó que fue desplazado porque "había jugado un par de partidos mal y el técnico entendió que debía salir".
"Hay que ser realistas, creo que no había rendido bien y por eso optó por sacarme. Ahora debo seguir trabajando para recuperar el puesto", manifestó el uruguayo en la soleada mañana en la ciudad deportiva de Granadero Baigorria.
-¿Cuál fue la causa que incidió para que no tuvieras un buen rendimiento?
-Tengo mi opinión, pero me la reservo porque sería dar excusas. Hacer eso porque jugué mal no sirve de nada. Acá hay que trabajar, adaptarse al sistema, estar bien físicamente y cumplir en los partidos. Eso es lo único que importa.
-¿Por lo que decís se puede pensar que el sistema empleado influye, de cierta manera, para que no tengas un buen rendimiento?
-¿Yo dije eso?
-Es una reflexión que hago en base a tus palabras.
-No es así. Yo digo que decir algo serían todas excusas que no valdrían de nada.
-¿Mantuviste alguna charla con López, te dio alguna explicación sobre porqué salías del equipo?
-Me dijo que no me veía bien. Me parece una excelente persona y no tengo nada que decir. El es el que arma el equipo y me gustó que me lo dijera de frente antes de decírselo al periodismo o al resto de mis compañeros. En ese sentido se manejó muy bien conmigo y lo único que me queda es entrenar como hasta ahora, porque no era que no lo hacía bien. Debo tratar de recuperar el puesto y sumar para el grupo. Si un compañero anda mejor que yo y es mejor para el equipo me tocará estar en el banco.
-Algunos jugadores coinciden en que el sistema de juego no es el adecuado porque venían de otro donde jugaban con enganche y por ahí no se adaptaron, ¿es tan así?
-No creo que alguien pueda decir tan abiertamente que no está de acuerdo con el sistema que se juega por el respeto que hay en el plantel hacia el técnico. Nosotros tenemos que adaptarnos a lo que él quiere. Dentro del grupo es el que lo ve más frío, entonces lo que diga será lo mejor para encarar los partidos.
-¿A qué se debe a que aún no entraste completamente en la gente de Central?
-¿Te parece? Erré un penal donde quedamos afuera en una Copa y me fui aplaudido por los hinchas; en la Libertadores también. En la calle siento el apoyo. Desde el momento en que llegué hasta ahora estoy muy contento de la manera en que se manejan conmigo, más allá de que en algunos encuentros no anduve bien y es lógico que cuando pierda una pelota me insulten. Si mi padre está en la cancha lo hace también. Eso es algo común que pasa en el fútbol. Pero después, sacando los partidos en los que me hago responsable de que no anduve bien, me siento muy tranquilo en esta ciudad porque la gente no me hizo sentir que soy extranjero.
-¿A qué le atribuís el bajón futbolístico que tuvo Central y que lo llevó a tener varias derrotas en forma consecutiva?
-No estoy tan de acuerdo que sea futbolístico. Contra Estudiantes sí jugamos mal. Ante Boca hicimos un buen partido y ellos aprovecharon las situaciones de gol. Con Chicago pasó lo mismo, habíamos hecho un buen encuentro y en dos contragolpes nos liquidaron.
-Entonces el mensaje para la gente sería que este equipo puede dar más y pelear entre los de arriba.
-Creo que todos los equipos dan ese mismo mensaje. Todos van a decir que pueden dar más porque está la mentalidad de mejorar.
-Pero a veces no hay muchas armas para llevarlo a cabo.
-Sí, pero el orgullo y amor propio llevan a eso.
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La Ciudad
