El asalto a un supermercado del barrio La
Guardia, que desembocó en la muerte de un ladrón y de una anciana en una confusa balacera en
que intervino una comisión del Comando Radioeléctrico, "debería servir para discutir qué
formación recibe la policía y cuáles son los valores que se propone defender", consideró Mirta
Sellarés, integrante del Foro Memoria y Sociedad. "Si ante un hecho violento, la
intervención de la policía genera más violencia, más dolor y más delitos, habría que
preguntarse si esa fuerza de seguridad está bien formada. Esta es una respuesta que debe dar
la sociedad en conjunto", dijo Sellarés a este diario. El episodio en cuestión
ocurrió el martes pasado, en un supermercado situado en Milán y pasaje Trento, en jurisdicción
de la comisaría 15ª. En horas de la mañana, se presentaron dos o tres ladrones -el detalle no
se aclaró en forma oficial- y tras hacer arrojar al suelo a las once personas presentes se
dispusieron a llevarse el dinero de la caja. Poco después se presentó una comisión
del Comando Radioeléctrico. Según la versión policial se produjo entonces un tiroteo, en el
cual perdieron la vida Francisca Carafat, de 81 años, que había ido al supermercado a hacer
las compras y Gonzalo Lizzi, de 18, uno de los ladrones, quien tenía un revólver calibre 38.
El miércoles, entrevistado por LT8, el jefe del Comando Radioeléctrico, Jorge
Martínez, sostuvo que los hechos habían ocurrido "muy rápido". Al ser consultado sobre la
formación de sus agentes, dijo que estaban "bastante bien preparados". "Habría que
pensar cuánta violencia y cuánta inseguridad más se generan con esa formación que tiene la
policía", señaló Mirta Sellarés, de 36 años. "La respuesta a estas preguntas no las puede dar
una persona ni un organismo, sino la sociedad en su conjunto", indicó la integrante del Foro
Memoria y Sociedad, que investiga episodios de violencia institucional. Sellarés,
que es profesora de historia, remarcó que uno de los deberes de la policía es proteger la
vida, "que es el primero de todos los valores para los seres humanos que estén interesados en
vivir en una sociedad más o menos sana". En ese sentido, indicó que ante el delito, la policía
tendría que transitar "una situación superadora, que no genere, además, una serie de delitos,
con más dolor y más muerte como únicos saldos". "Cuando la policía dispara, dispara
contra la sociedad, no contra la persona que fue a asaltar", sostuvo Sellarés, quien observó
además que "cuando se pide más policía como sinónimo de seguridad tendría que verse también
que la mayor presencia de uniformados puede generar aún mayor violencia, y que la víctima de
esa violencia puede ser cualquier miembro de la sociedad, como en el caso del martes, donde
murió una abuela. Incluso en el caso de que resulte muerto un delincuente, tampoco ese debe
ser el objetivo de la policía. Parece que no se tuviera en cuenta que en este país las leyes
prohíben terminantemente la pena de muerte". Por el contrario, sostuvo que si el
tema de la seguridad se toma como un problema del conjunto de la sociedad, sería posible
encontrar salidas colectivas "que logren generar un proyecto en común, más trabajo, más
espacio para el desarrollo conjunto, lo cual podría evitar ilusorias salidas
individuales".
| El negocio de la zona sur donde se produjo el asalto. | | Ampliar Foto | | |
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