Carlos Roberto Morán
El ex ministro de Economía Ricardo López Murphy interpreta que después de los atentados sufridos por los Estados Unidos el pasado 11 de septiembre el mundo ha cambiado de manera sustancial y que en consecuencia la Argentina debe adecuarse a esos cambios que -dijo- señalan que "el poder se ha trasladado de Nueva York a Washington o de Frankfurt a Berlín, vale decir del poder económico al político, de las finanzas a la seguridad y la defensa". Agregó que debía compararse la actual situación a la de la década de 1940, vale decir cuando se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial. El economista disertó en la sede del Centro Comercial de Santa Fe, ante un amplio auditorio que siguió con mucho interés su disertación. El ex ministro, luego de hacer un amplio recorrido por lo ocurrido en la última década tanto en el ámbito internacional como en el regional y el nacional, se explayó sobre los actuales problemas que sacuden a la Argentina y las posibles soluciones que pueden encontrarse. López Murphy se cuidó de no mencionar a Domingo Cavallo durante toda su extensa disertación y tampoco formuló cuestionamientos de significación al actual rumbo económico. Es más, se mostró coincidente con sus lineamientos centrales en especial respecto de la anunciada reducción del gasto en 3.500 millones de pesos, sin entrar en precisiones sobre dónde y cómo ajustar. No obstante, admitió que subsistían algunos problemas respecto de los cuales no aportó soluciones. En este sentido, manifestó que también las provincias, en su conjunto,debían achicarse en similares cifras y aunque admitió que un considerable número de Estados provinciales ha hecho su contribución, no dijo lo mismo de la provincia de Buenos Aires. En efecto, sobre la situación del primer Estado argentino dio un panorama negativo y muy preocupante. Inicialmente comparó al patacón con la vieja libreta de almacenero. Con sus habituales ironías y su manera campechana de hablar al público (que extrañamente nunca utilizó cuando fue ministro, pese a que resulta ser su mejor carta de presentación) dijo que la libreta servía para pedir, en casos de necesidad, el fiado de un mes al almacenero amigo, pero que si se intentaba hacer lo mismo al mes siguiente, "difícilmente el almacenero lo aceptara". En consecuencia, desacreditó de manera categórica al patacón o a cualquier otro bono semejante sosteniendo que no era una salida válida para la provincia de Buenos Aires que acusa un déficit que oscila entre el 20 y 22% de su PBI: "El bono tiene un límite y no es cierto que no tenga costos". A este problema hay que sumarle el déficit estructural del Banco Provincia, que es de 2.400 millones de pesos "que no se pagan". Tampoco encontró inmediata respuesta -lo dejó planteado como un gravísimo interrogante- respecto de cómo hará la Argentina para cerrar con déficit cero en los inmediatos dos meses, el año próximo y en 2003. Crípticamente dijo que era un desafío "para semidioses". Con todo, la mayor preocupación evidenciada por López Murphy radica en la crisis de credibilidad que se registra en el país y que en materia económica ha redundado en una baja en los depósitos que pudo detenerse en agosto sólo con extremas dificultades. Consideró fundamental recuperar el nivel de depósitos que se registraba en 2000 y manifestó que esa era una de las tres columnas en la que debería asentarse la proyección económica del país para soportar la coyuntura y empezar a salir de la actual recesión. Las dos restantes son, a su juicio, la ayuda internacional y el cumplimiento de la actual política fiscal con déficit cero. Respecto de las actuales circunstancias internacionales, López Murphy significó que la Argentina está mejor posicionada que otros países, entre ellos -como ejemplo- los que han vivido del turismo, aunque seguirá afectada mientras no baje el riesgo país porque eso le significa continuar atada a tasas de interés altísimas y también por lo que pueda ocurrirle al Brasil, que deberá afrontar obligaciones el año próximo por 50 mil millones de dólares. El ex ministro se preguntó cómo hará el vecino país para atender a semejante nivel de erogación. El economista eludió las definiciones tajantes sobre la coyuntura del país, e incluso suspendió una conferencia de prensa programada por los organizadores de su visita a la capital provincial. Sólo subrayó, al contestar una pregunta formulada por uno de los asistentes a la charla, que "no hay que engañarse con las ilusiones de devaluación porque esa experiencia ya la vivimos y nos fue muy mal, si se pudiera salir de la convertibilidad ya lo habríamos hecho".
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