Carteles, volantes, pasacalles, votos y afiches. De todos los colores: azules, rojos, blancos, celestes... Como cada año electoral, la peatonal Córdoba volvió a llenarse de eslóganes y candidatos cuando todavía falta una semana para el día de los comicios. Sin embargo, esta vez la sensación fue distinta: fueron pocos los que se acercaron ayer a las mesas para consultar sobre las plataformas electorales y muchos los que se negaron a aceptar la propaganda política.
Desde Corrientes -virtualmente techada de pasacalles- y a lo largo de la peatonal -alfombrada de votos y volantes-, las calles céntricas se metieron de lleno ayer al mediodía en el clima del domingo próximo. Los mismos rostros que se multiplican asomados desde los afiches se volvieron de carne y hueso entre la multitud.
Así, el primer candidato a concejal del sublema Gente Honesta para Confiar, Elbio Martínez, se apostó en una de las mesas del Partido Demócrata Progresista, mientras que Edmundo Muni Finkelstein intentaba seducir a la gente con la propuesta del Partido Obrero en medio de una caravana de Izquierda Unida que aportaba un tibio ritmo de batucada, con Norberto Olivares a la cabeza.
Casi todos los partidos se instalaron con sus computadoras cargadas con la base de datos de los padrones electorales. Pero, lejos de repetirse la escena de pasadas épocas electorales, en ninguna de las mesas había cola para averiguar los lugares de votación. Una palabra se repitió entre candidatos, militantes y colaboradores: desinterés.
"Se siente que el voto en blanco está retrocediendo", insistió un operador, intentando bajar los decibeles del enemigo que amenaza con atacar el próximo domingo. A pocos pasos de allí, los frepasistas que acompañaban a Juan Giani trataban de ignorar la insistente prédica del Partido Comunista Revolucionario: "Anule el voto, vote en blanco o no vote".
Las mesas del Partido Socialista Auténtico casi olvidaron el nombre de su lema, relegado a segundo plano tras la imagen de Elisa Carrió. "Vótela con amor", le sugerían a quienes se acercaban, mientras pasaba raudamente el presidente de la departamental Rosario de la Unión Cívica Radical, Héctor Arteaga, aceptando únicamente folletos publicitarios.
Votos y cumbia
Convergencia Radical se animó a poner música de cumbia para promocionar la candidatura de Néstor Trigueros al Concejo. El justicialista Rubén Bermúdez apenas contribuyó con su presencia, un par de colaboradores y un afiche. "Ya les dije a las chicas que repartan votos solamente a la gente que los piden. Esto es una falta de respeto a la gente", se quejó el candidato peronista a la reelección en el Concejo, mientras señalaba las boletas y la propaganda que se amontonaba en las calles, justo cuando entraban en escena los postulantes de la Alianza.
Los candidatos a concejal Mónica Fein, Pablo Javkin y Mónica Peralta rápidamente se mezclaron con la gente, aunque el aspirante a diputado nacional Rubén Giustiniani fue el más laborioso entre los aliancistas. "Pelea voto por voto, se lo tomó a pecho", ironizaron sus compañeros de lema. El tiempo apenas alcanzó para una caminata desde Corrientes hasta San Martín, mientras algunos radicales admitían: "Llegamos muy tarde".
Cuando se hicieron las dos de la tarde todos habían desarmado sus puestos y quedaban tan sólo las ya habituales mesas con las computadoras para consultar padrones. Candidatos y militantes cargaron los equipos de sonido y hasta el Muni Finkelstein daba una mano con algunos tablones. Bermúdez se llevó el único afiche que había pegado sobre las columnas y ni siquiera dejó rastros de su paso por la peatonal.
El último fin de semana de proselitismo se hizo sentir en el centro rosarino. Por supuesto, hubo quienes expresaron su adhesión a las distintas propuestas y candidatos, pero la respuesta de los caminantes no fue la que esperaban los postulantes. "No, gracias", desafió más de uno cuando militantes y promotoras se acercaron a ofrecerles boletas de su partido. Mientras los últimos candidatos de la Alianza hacían la recorrida final, una señora se quejaba a viva voz, señalándole a su marido: "Nunca los vas a encontrar, pero por estos días seguro que andan por el centro".