Reconstruir la historia como si fuera un verdadero rompecabezas. En esta tarea, las imágenes, y sobre todo las fotografías, no son un dato menor. Algunos llegan a considerarlas "el documento más objetivo del pasado", porque a través de calles, actitudes y costumbres se puede llegar a la descripción de una época. La ciudad festeja hoy su día, que coincide desde 1940 con el de la Virgen del Rosario, y para comenzar a juntar las piezas La Capital buceó en los museos de la ciudad y su propio archivo, en un intento por armar este rompecabezas con las más viejas postales.
Fue Desiderio Aguiar, un fotógrafo itinerante que trabajó en el norte del país y en San Juan, quien tomó en 1862 la primera fotografía de Rosario, según estiman los especialistas. Es la imagen de la actual Iglesia Catedral y la plaza 25 de Mayo durante un festejo patrio.
Por ese entonces, Rosario distaba mucho de ser lo que es hoy. Un censo de principios del 1800 daba cuenta de que había sólo 5.879 habitantes, divididos entre españoles, indios y esclavos.
Desde mediados del siglo XIX la fotografía comenzó a registrar el desarrollo de la ciudad. Los inmigrantes comenzaron a ser parte de esas postales, como así también los paseos de la clase distinguida rosarina y la fervorosa actividad portuaria.
El fotógrafo alemán George Alfed fue otro pionero en fotografiar la ciudad y dejó una colección, parte de la cual se encuentra en el Museo de la Ciudad.
Además de las instantáneas de Alfed, Rosario atesora los trabajos de un fotógrafo desconocido, reunidos en la colección Ferrari. El titular del Departamento de Fotografía de la Escuela de Museología, Carlos Raggi, cuenta: "Aunque no está confirmado, sería un alemán que alquilaba a fines del siglo XIX una pieza en lo que era la Librería Alemana, que funcionaba en las inmediaciones de la plaza 25 de Mayo".
Mediados de 1800: el viejo teatro La Esperanza funcionaba en la calle del Puerto (actual San Martín) y un afiche anunciaba la presentación de la obra "La cabeza que habla". Esa es una de las instantáneas más famosas que dejó este fotógrafo anónimo.
"La foto no es sólo un instante", asegura la directora del Museo Histórico Provincial Julio Marc, Irma Montalbán, a la vez que indica: "Con las imágenes de las actitudes, las vestimentas y las costumbres se puede llegar a la descripción de toda una época". Por eso, asegura que en "las fotos familiares de fines del siglo XIX y principios del siglo pasado se puede ver el rol central que ocupaban padres y abuelos".
Es Montalbán la primera en opinar que "las fotografías son los documentos históricos más objetivos" y asegurar que Rosario "tiene un gran patrimonio de imágenes" repartido tanto en el museo que dirige como en el de la Ciudad y la Escuela Superior de Museología de la Municipalidad.
El Museo Histórico alberga desde daguerrotipos y negativos de vidrio del siglo XIX hasta fotografías actuales. "Tenemos material importante, pero son sólo rastros de nuestra historia que hay que saber leer", asegura Montalbán.
El director del Museo de la Ciudad, Mario Ghione, cuenta que allí guardan "parte de la colección de Alfed y muchas imágenes de finales del siglo XIX y principio del siglo XX, cuando había muchos fotógrafos profesionales". Pero asegura que "faltan registros de las décadas del 40 y 50".
Es la Escuela de Museología la que tiene el archivo mejor equipado: las fotografías no sólo se guardan dentro de cajas de materiales inertes para que no se deterioren, además se controlan la temperatura y la humedad. Por estos días, el público puede ver algunas reproducciones que están en la institución, de San Lorenzo 2233.
También el archivo de La Capital es un importante tesoro de imágenes. "Si bien se conservan fotos del siglo XIX, el material más rico es de las décadas del 40 y 50", asegura la jefa del área, Graciela Hinny, y señala que "lo más importante es el reflejo de la vida cotidiana de la ciudad".
Saber leer los indicios
"En todas las fotografías hay indicios", afirma el titular del Departamento de Fotografía de la Escuela de Museología. "La colección de Alfed muestra el movimiento del puerto, pero no con barcos transatlánticos. Eso significa que era la época en que desde el puerto de Rosario salían los insumos para la guerra del Paraguay".
Raggi añade que las imágenes más valiosas son las que "muestran la vida pública, donde se puede leer la estratificación social de la época". Y asegura que "los hábitos dejan ver la procedencia de las personas: hombres que andaban con toscanos a principios del siglo pasado eran italianos de una zona determinada; los que usaban pipa venían de otra región".
Sólo hay que saber mirar. La presencia de vías de tranvías indican que la toma es posterior a 1907, y la de automóviles habla de la década del 20 en adelante.
Son "indicios" que se van sumando para permitir la trabajosa reconstrucción de las historias. Pero siempre quedan vacíos. Raggi cuenta que "en la época del daguerrotipo (mediados del 1800) se acostumbraba a tomar fotos familiares, por eso no hay muchos registros de la vida pública".
Y lo mismo vuelve a repetirse por la década del 30. "Queda como un agujero, que nadie puede explicar", puntualiza Raggi, quien vaticina el mismo fenómeno para el futuro. "Las fotos actuales tomadas a color correrán la misma suerte, se perderán porque el color no se puede preservar. Por eso, en todo el mundo se hacen copias en blanco y negro", advierte.
El intento apunta a reconstruir la historia de Rosario. Pero las fotografías no sólo tienen que ver con las grandes historias, sino también con las más pequeñas, que se atesoran de un pasado, lejano o no.
La Ciudad
