Nueva York. - Mohammed Atta, uno de los pilotos suicidas que provocó el mayor atentado más sangriento de la historia de Estados Unidos, habría recibido el año pasado cerca de doscientos mil dólares provenientes de Pakistán. Según informó la cadena de televisión CNN, las transferencias a Atta se realizaron a través de dos bancos de Florida. Atta se movilizaba mediante giros postales -de unos pocos dólares por vez- que luego distribuyó a otras personas implicadas en los ataques a las Torres Gemelas y el Pentágono.
Atta vivió en Florida la mayor parte de ese tiempo, tomando clases de piloto en la costa este de Florida en el verano de 2000, y alquilando una serie de departamentos en la zona de Miami y Fort Lauderdale este año. Pakistán es una vía común para el dinero que entra y sale de Afganistán, país en el que reside el sospechoso número uno de los atentados, Osama Bin Laden. Sin embargo, en este caso no se sabe exactamente de dónde procedían los fondos.
Un "pagador" paquistaní
Miles de dólares destinados a los autores de los ataques contra Nueva York y Washington fueron distribuidos por un misterioso "pagador" convertido en un personaje clave en la investigación del FBI. Se llama Mustafá Ahmad y es el enésimo punto de contacto entre los 6.000 muertos norteamericanos y Osama Bin Laden. El rastro del dinero (procedente de Pakistán y Alemania) parece ser la pista más prometedora entre las muchas que sigue el FBI de una punta a la otra del planeta.
"Estamos progresando en el frente financiero", expresó el presidente George W.Bush, al revelar que Estados Unidos ya ha individualizado 6 millones de dólares vinculados a "actividades terroristas" y 50 cuentas que conducen a Al Qaeda, la red dirigida por Bin Laden (30 en EEUU y 20 en el exterior). Después de haber descubierto días pasados un canal financiero abierto entre Mohamed Atta, el presunto jefe de los 19 secuestradores suicidas, y los Emiratos Arabes (a través de Alemania), ahora los investigadores han dado un paso ulterior, acercándose cada vez más a Bin Laden.
Según fuentes citadas por la CNN, hay pruebas de que al menos 200.000 dólares durante el último año salieron de cuentas en Pakistán y terminaron en los bolsillos de Atta, quien se estaba adiestrando en Florida para aprender a lanzar un Boeing 767 contra las Torres Gemelas de Nueva York. De acuerdo con las indiscreciones recogidas por la prensa los últimos días, Al Qaeda habría invertido entre 400 y 500 mil dólares para financiar el ataque del 11 de setiembre.
En el circuito de la circulación de ese dinero resultan implicadas cuentas abiertas en medio mundo. En Florida, por ejemplo, fueron reconstruidas dos transferencias de dinero en favor de Atta, llegadas el 8 y 9 de setiembre, desde una cuenta de Dubai, en los Emiratos Arabes. Atta habría procedido a distribuir el dinero entre sus cómplices a través de varios cheques.
El titular de aquella cuenta, ahora congelada por las autoridades locales, es un hombre que terminó en la lista de los "enemigos" de EEUU a los cuales la Casa Blanca ordenó bloquear los fondos en todo el mundo. De este hombre se conocen dos identidades, Sheikh Saeed o Mustafá Mohamed Ahmad, conocido en Estados Unidos desde los tiempos del exilio de Bin Laden en Sudán, cuando ya se ocupaba de las finanzas de Al Qaeda.
Un hombre con un pasaporte saudita a nombre de Mustafá Ahmad dejó Dubai con destino a Karachi (Pakistán) precisamente el 11 de setiembre. Después se perdió su rastro. Antes de irse Ahmad había recibido de los terroristas suicidas el dinero sobrante. Los investigadores señalan que este detalle es característico de Al Qaeda, una organización que no repara en gastos pero que siempre está atenta a recuperar aquello no gastado. Así lo hizo también los atentados contra las embajadas norteamericanas en Africa en 1998.
La "tacañería" de Bin Laden, documentada por varios arrepentidos -hicieron saber fuentes del FBI- queda demostrada también por la preferencia de utilizar bancos islámicos para los negocios de su holding. Detrás de aquello que podría parecer una elección religiosa se encuentra en realidad el hecho de que la ley islámica prohibe a los bancos hacer pagar intereses sobre sus operaciones. Los arrestos, entretanto, prosiguen en todo el mundo.
Bush, al hacer una síntesis de las operaciones, dijo que hubo hasta ahora un total de 150 detenidos en 25 países, desde Inglaterra hasta Bosnia y la India, donde habrían sido hallados dos "testigos materiales". En Jordania por la ola de arrestos volvió a la cárcel Issam Bargawi, quien ya había sido detenido en el 2000 en el ámbito de las investigaciones sobre las masacres del Milenio vinculadas a Bin Laden, pero que luego fue liberado. (Ansa y DPA)