Washington. - Miles de objetos peligrosos que pasajeros despistados intentan subir a los aviones son decomisados cada día en los aeropuertos de Estados Unidos, donde lentamente se reanuda el ritmo del tráfico aéreo tras los atentados terroristas del 11 de septiembre.
Los agentes de seguridad -aseguran voceros de los aeropuertos- están asombrados por los elementos con los que algunos pasajeros pretenden subir a los aviones. A pesar de que las autoridades vienen insistiendo en que los viajeros no deben portar consigo cuchillos ni otros elementos peligrosos, solamente en el aeropuerto internacional de Los Angeles los agentes de seguridad están decomisando 5.000 objetos cada día.
"Nos sentimos muy contrariados por los tipos de objetos que algunos pasajeros siguen intentando subir con ellos a los aviones", dijo Nancy Suey Castles, portavoz del aeropuerto californiano.
Entre los elementos decomisados se cuentan grandes latas de aerosol, cuchillos de carnicero, martillos y réplicas realistas de revólveres.
Según las investigaciones del FBI, los terroristas utilizaron navajas y cutters para reducir a las tripulaciones y pasajeros de los aviones secuestrados el 11 de septiembre.
Lento regreso a volar
Entretanto, en medio de fuertes medidas de seguridad en los aeropuertos, los pasajeros estadounidenses están volviendo a viajar en vuelos comerciales, venciendo lentamente los miedos que dejaron los ataques.
Según estudios preliminares de la Air Transport Association, que nuclea a las mayores aerolíneas estadounidenses, 665.714 pasajeros tomaron vuelos de cabotaje en todo el país el jueves último, contra los 518.765 del jueves de la semana anterior. Los vuelos nacionales estuvieron ocupados en un promedio del 46 por ciento, frente al 39 por ciento de la semana precedente, agregó el informe.
Muchos pasajeros subieron a los aviones de las aerolíneas locales durante el fin de semana, señalaron fuentes del sector, las cuales destacaron la presencia de cada vez más personas en las filas de los puestos de seguridad en los aeropuertos.
"Es una buena señal", afirmó Monique Bond, vocera del Chicago Department of Aviation, según la cual "filas más extensas significan que más pasajeros recuperaron su confianza en los viajes aéreos".
Todo el espacio aéreo estadounidense quedó cerrado el 11 de septiembre tras los ataques terroristas contra en Washington y en Nueva York, y la actividad en los aeropuertos se reabrió lentamente y con grandes temores.
A diferencia del rápido acceso a las aeronaves que caracterizaba los vuelos nacionales en Estados Unidos, ahora las aerolíneas piden a sus pasajeros presentarse en los mostradores para el check in por lo menos dos horas antes del despegue. Estados Unidos era proverbialmente conocido por los viajeros del resto del mundo por la notoria facilidad con que se accedía a sus vuelos de cabotaje. (Ansa)