El ciclón cordobés Diego Rocky Giménez (61,230 kilos) se adjudicó el título OMB Latino ligero tras pulverizar con un nocaut de antología en el tercer round al bonaerense Ricardo Kojak Silva (61,230) en el combate estelar de la velada que tuvo lugar en las instalaciones de la FAB. Siete minutos con veinte segundos le alcanzaron al Matador de Bell Ville para despedazar aquellos vaticinios que argumentaban que la experiencia del rapado de Los Polvorines iba a significar un duro escollo en el camino del ascendente pegador cordobés. Quizá potenciados estos pronósticos por las dos últimas actuaciones de Silva ante Alberto Sicurella. Se dio lo que marcaba claramente la lógica. La única chance del Kojak dependía de su capacidad para soportar el constante acecho del tornado mediterráneo. Pero Silva no pudo aguantar la presión de la gran promesa del boxeo argentino. Con 39 años y muchos batallas a cuestas, el larguirucho trató e intentó torcerle el destino a la enjundia que impone la juventud. Algo que cayó bastante antipático y sonó a descortesía por parte de Silva fue el pedido que realizó en viernes durante la ceremonia del pesaje: un control antidoping. Algo raro en el Kojak, que siempre fue considerado un caballero, dentro y fuera del ring. Esa es una facultad que sólo le atañe a la FAB. Giménez no se salió de su temperamental estilo, con dos ingredientes extras: una gran preparación física y mucha concentración. Pero además, no se regaló nunca desde su posición de ataque. Realizó un buen trabajo de cintura, a través del cual consiguió esquivar el jab y el recto de derecha de Silva. Rocky logró una definición de antología: derecha en punta y cross de izquierda y Silva que se derrumbó. Con este resultado, el torbellino de Bell Ville pasa a conformar parte de los primeros puestos del listado ligero de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), donde reina el uzbeco Artour Grigorian, vencedor de Raúl Balbi y del neuquino Aldo Ríos. Vale decir que Giménez está en la antesala de una chance mundial. Una visita de lujo en el estadio de la FAB y una voz autorizada para opinar del presente y el futuro inmediato de su coterráneo fue la del ex campeón mundial Santos Laciar, quien se expresó de esta manera: "En el segundo round Silva ya estaba ahogado. Y no hay que olvidar que son quince años de diferencia, más frente a un hombre que tira con velocidad. De aquí en más, Rocky tendrá que trabajar mucho más duro que para esta pelea". (DyN)
| |