Año CXXXIV
 Nº 49.251
Rosario,
miércoles  26 de
septiembre de 2001
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"No derrocar sino castigar al poder afgano"
EEUU dice que no pretende reemplazar a los talibanes. Pero que actuará contra quienes protejan a terroristas

Washington.- Estados Unidos no intentará derrocar al movimiento talibán de Afganistán pero planea actuar contra la milicia radical islámica por albergar a terroristas, ayer la Casa Blanca.
"El objetivo es proteger a la gente del terrorismo", precisó el secretario de Prensa de la Presidencia, Ari Fleischer. El vocero planteó que la palabra "derrocar" tenía la implicación política de reemplazar un gobierno por otro diferente, y los objetivos no eran esos.
Reafirmó que el objetivo de castigar al régimen talibán por dar refugio a los terroristas fue establecido poco después de los ataques al Centro Mundial de Comercio y el Pentágono."No hay duda de que los talibanes están albergando a terroristas ahora mismo", destacó.
Fleischer negó que Estados Unidos estuviera negociando con otras naciones para que apoyen la coalición antiterrorista. "No hay cheques en blanco", dijo. Y resaltó que los países que ofrecen cooperación lo hacen porque es lo prudente.
"No es sólo que Estados Unidos esté preocupado por los terroristas aquí... Hay una superposición de intereses", subrayó Fleischer.

Coincidencia sí, trato no
En cuanto al apoyo de Rusia al esfuerzo antiterrorista, Fleischer negó que fuera parte de un trato por el que Washington se abstendría de criticar a Rusia por las violaciones a los derechos humanos en Chechenia, donde persisten desde hace años las acciones de un movimiento insurgente islámico.
"Sobre Chechenia, siempre es importante la adhesión a los principios de los derechos humanos", reseñó Fleischer, pese a que predomina la idea de que la necesidad estadounidense de contar con apoyo a su cruzada implicará que ese país hará la vista gorda ante hechos de presunto terrorismo de estado.
Añadió que la "amenaza del terrorismo es una amenaza que también enfrenta Rusia. Siempre tratamos de combatir el terrorismo en una forma coherente con el respeto a los derechos humanos".
Mientras tanto, el primer ministro japonés Junichiro Koizumi se reúne con el presidente George W. Bush a fin de analizar el papel que desempeñará Japón en la campaña antiterrorismo.
Koizumi planteó la posibilidad de contribuir con apoyo logístico y ayuda médica si Bush ordena represalias militares contra los autores de los ataques en Nueva York y el Pentágono.
La constitución japonesa de posguerra impone estrictos límites a la participación nacional en conflictos en el exterior. El mandatario japonés dijo que podría promover una legislación para flexibilizar esas limitaciones, pero dejó en claro que no prevé un papel combativo para las fuerzas japonesas.
Japón y otras seis naciones industrializadas también han instruido a sus respectivos gabinetes a especificar medidas para contener el flujo de fondos a los extremistas violentos y afianzar la seguridad en la aviación. También tomaron medidas para ajustar el control a las exportaciones de armas en un intento por reducir la amenaza terrorista.


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