Newell's tiene un técnico y vamos a intentar que Llop trabaje la mayor cantidad de tiempo posible", fue una de las frases que pronunció el presidente Eduardo López al brindarle su respaldo al Chocho en la conferencia de prensa tras la derrota ante Colón. Una consideración en la que figura una palabra condicionante del fútbol argentino de estos tiempos: intentar.
Por lo general, los resultados son los que mandan y de ellos dependen esas intenciones. Por eso, sólo el tiempo dejará comprobar si con el respaldo alcanza. Juan Manuel Llop sólo lleva dirigidos siete partidos en Newell's y el saldo hasta hoy es negativo, por cuanto sumó dos triunfos (de visitante ante Banfield e Independiente), un empate (de local con Vélez) y las cuatro derrotas seguidas que lo dejaron en esta incómoda situación.
"Estoy convencido de que el proyecto (apostar a chicos del club) dará resultado y por la juventud del plantel se necesita trabajar en la semana con la seguridad de que el entrenador es el que está", manifestó López a modo de respaldo al técnico.
Una actitud que el presidente ya había tomado en otras oportunidades, como lo hizo con Andrés Rebbotaro, como lo había hecho con Jorge Castelli.
La primera vez que el titular rojinegro respaldó a un técnico fue al profesor Castelli, en su primera etapa en el club. Fue tras un 0 a 0 con Independiente (22/04/95) en el Parque, pero que cuatro días después chocó con la renuncia del técnico y la frase característica: "En el fútbol todo depende de los resultados".
Entonces la oportunidad la tuvo Raúl Donsanti, quien tras una derrota ante Lanús (27/08/95) y en medio de un viaje a España (Newell's jugó un amistoso ante Atlético Madrid por el pase de Leonardo Biagini) dejó su puesto como técnico en manos de José Yudica.
Pero el Piojo no consiguió los resultados necesarios y el 31 de marzo de 1996, tras perder 4 a 1 visitando a Lanús, tuvo que dejar su cargo pese a sostener que no renunciaría. Dos días después López manifestó: "No puedo estar ratificando al entrenador después de cada partido", y el 6 de abril se produjo la desvinculación de Yudica "de común acuerdo", y la llegada de Mario Zanabria, previo ofrecimiento a Marcelo Bielsa, que el actual técnico del seleccionado argentino desechó. Pero el dueño de la zurda de oro también tuvo que irse tras la goleada sufrida ante el clásico rival de Arroyito (0-4).
Volvió Castelli
Entonces regresó Castelli para conducir al equipo hasta el 0-2 en el Coloso ante Argentinos Juniors (03/10/99), cuando a pesar de recibir un nuevo respaldo del presidente en la conferencia de prensa también tuvo que marcharse el día después.
Ahí llegó Andrés Rebottaro tras ser bicampeón con Argentino. Quien también tuvo el visto bueno de Eduardo López al bancarlo después de un empate (1-1) de local ante Almagro. "La continuidad de Rebottaro no está en duda. Lo respalda el trabajo de todo un año", fue la consideración del presidente rojinegro ese día. Sin embargo, Tito igual dio un paso al costado cinco días después al perder con Huracán (0-2) en Parque Patricios.
Un nuevo cambio de conducción se produjo tres días después, cuando el 31 de octubre de 2000 asumió Jorge Ribolzi. Y el Ruso también tuvo que dar un paso al costado. No lo hizo cuando los hinchas arrojaron algunas butacas de la platea tras perder, justamente, con Colón por 3 a 1. Aunque sí se marchó al finalizar el torneo pasado por no tener una respuesta favorable a su pedido de refuerzos. Entonces llegó Juan Manuel Llop.
El Chocho, que empezó con el pie derecho y una goleada (5 a 0 en el debut ante Banfield), que logró entusiasmar a los hinchas leprosos con el triunfo por 1 a 0 ante Independiente, en el estadio de Avellaneda. Y que hoy camina por el duro sendero de derrotas al que buscará ponerle fin en el bosque platense.