El párroco Libio Gorza se llamó a silencio aunque trascendió que estaría dispuesto a consensuar un proyecto que unifique a la comunidad católica de Fisherton. El sacerdote estuvo unos días en una localidad cercana a Rosario con su familia, y se espera su retorno para hoy en horas del mediodía. Según allegados a la familia de Gorza, la polémica sobre la ampliación de la capilla repercutió no sólo en el ánimo del sacerdote sino también en su aspecto físico ya que ha bajado mucho de peso.
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