Santa Fe.- Seis pequeños hermanastros murieron carbonizados y otros dos resultaron con heridas al incendiarse la precaria vivienda que habitaban en la zona norte de esta capital. El trágico incendio se desató a la madrugada mientras las víctimas dormían en una casilla de madera y chapas lindante con las vías del ferrocarril, en el barrio Las Flores. El fuego, que se habría originado al recalentarse un ventilador, se propagó a un auto y dos motos estacionados en la vereda. Anoche, los investigadores trataban de establecer si se trató de un accidente o si el fuego se inició de manera intencional.
Como consecuencia de las gravísimas quemaduras sufridas fallecieron Cayetano Bento, de 10 años; Juan Bento, de 9; Rocío Bento, de 8; Ezequiel Gómez, de 7; Romina Yoborski, de 11 y Natalia Yoborski, de 10. Los investigadores presumen que los pequeños perdieron el conocimiento por los efectos del humo y que por esa razón no intentaron escapar de las llamas.
El mayor de los hermanastros, Diego Yoborski, de 16 años, resultó con gravísimas lesiones al intentar rescatar a los pequeños de las llamas. El adolescente sufrió quemaduras en el 80% de su cuerpo y fue internado en la unidad de terapia intensiva del Hospital José María Cullen. En tanto, Jesús Francisco Bento, de 15 años, fue el único de los hermanos que logró salir prácticamente ileso del desastre, aunque recibió algunas heridas leves.
El incendio se desató alrededor de la 1.30 en una casilla de madera y chapas ubicada en Pavón al 5600, donde vivían desde hace cuatro años José Bento, un vendedor ambulante de 35 años, su compañera y los ocho hijos de la mujer.
El fuego se inició mientras los ocho hermanastros dormían dentro de la humilde vivienda. Los seis más pequeños se encontraban al cuidado de los mayores, de 15 y 16 años, ya que sus padres se encontraban en el velatorio de un familiar.
Según información policial, el fuego se habría originado a raíz de un desperfecto eléctrico provocado por el recalentamiento de un ventilador. Un humo denso comenzó a invadir la vivienda y la situación fue advertida por los hermanos mayores -Diego y Francisco- quienes lograron escapar de la casilla. Las llamas se expandieron rápidamente devorando la vivienda en cuestión de minutos.
Un intento frustrado
Cuando la casa comenzó a arder, Diego intentó rescatar a sus seis hermanitos mientras Francisco corría a pedir ayuda. El adolescente ingresó a la vivienda envuelta en llamas, pero no pudo salvar a los pequeños y resultó con graves quemaduras.
Los vecinos relataron que en el lugar se escuchó un fuerte estallido al parecer causado por la explosión de una garrafa (ver aparte). Las llamas también alcanzaron a tres vehículos estacionados en la vereda: un Peugeot 404 y dos motos de baja cilindrada. Entonces se produjo una nueva explosión cuando el fuego alcanzó un bidón con combustible que se hallaba en el interior del auto.
Dos dotaciones de la Agrupación Bomberos Zapadores de la Unidad Regional I se hicieron presentes en el lugar y luego de extinguir el incendio rescataron los seis cuerpos completamente calcinados.
Los investigadores no descartaban la posibilidad de que el hecho haya sido intencional debido a una serie de explosiones que escucharon los vecinos en el momento del siniestro. El caso está en manos del juez de de Instrucción Nº 5, Eduardo Giovannini, quien señaló que "es demasiado prematuro asegurar si fue un accidente o si se trató de otra causa". El magistrado aguardaba los resultados de las pericias para establecer las causas del incendio.
"Recibimos un aviso telefónico alrededor de las 2 de la mañana y acudimos de inmediato para sofocar el fuego, pero cuando ingresamos a la vivienda encontramos a los seis hermanitos fallecidos. Creemos que podían estar sin conocimiento antes de que se desate el fuego por efecto del humo", señaló el el titular de la sección Norte de Bomberos, Oscar Iñíguez.