 |  | El partido debe atravesar su prueba de fuego: las elecciones del mes próximo El ARI, una apuesta a futuro a la que no le faltan las complicaciones Pese a los puntos débiles y las diferencias internas, el partido de Carrió apunta a triunfar en Capital y Buenos Aires
 | Isidoro Gilbert
Con personería en 17 distritos, Alternativa para una República de Iguales (ARI) piensa que triunfará en la Capital Federal, que morderá la segunda senaduría en la provincia de Buenos Aires, y que sacará al menos un legislador nacional en Santa Fe y el Chaco. Las cosas no le son fáciles. Sus líderes se quejan contra la Alianza y el justicialismo, acusándolos de que en cada lugar impugnan el nombre ARI para obligarlos a presentarse bajo el rotulo "socialista democrático" o "socialismo autentico", según sea la personería que los herederos de Juan B. Justo tengan, con el objetivo de minarles las posibilidades. A veces sus penurias vienen por otro lado: en Córdoba, socialistas democráticos y socialistas populares (estos nacionalmente en la Alianza) van juntos y separados a la vez, según cargos en disputa, aunque también acosados por los dos partidos grandes. Pero están más que contentos. "Hasta logramos una pata liberal con un sector del Partido Demócrata de Mendoza", sentencian. La voz que habla con La Capital subraya como mayor logro que comenzaron a construir una fuerza transversal desde diversas ópticas. Política, porque concurren radicales -con su expresión máxima Elisa Carrió-, peronistas, socialistas varios, intransigentes, ex frepasistas. Hay una deserción: la del ex gobernador de Río Negro, Osvaldo Alvarez Guerrero "presionado por (Raúl) Alfonsín. Quería ARI solo en la Capital Federal", se quejan. Pero también pata sindical, porque en provincias como Santa Fe y Buenos Aires hay dirigentes obreros en la lista de candidatos en puestos expectantes. Y aún empresarial, que se inició con Manuel Herrera de la UIA, quien abandonó el proyecto, pero que continúa con dirigentes de pymes. Pero el ARI tiene deficiencias fuertes: los que cuentan la interna resaltan la carencia de un espacio donde conciliar las posiciones. O diferencias, como las hubo respecto a candidaturas de dirigentes provenientes del Frente Grande y del peronismo o como abordar lo que estiman un "aluvión" si es que logran su objetivo de máxima: que además del distrito federal, hacerse de la senaduría por la minoría en la provincia de Buenos Aires. Un dirigente radical le dice a este diario que ello es difícil pero no imposible y admite que si se da el escenario de una derrota de su partido en la Capital Federal y en el distrito bonaerense, "la Gorda (Carrió) se convierte en un foco de atracción imparable". A los socialistas, que han logrado las candidaturas más atractivas en los distritos claves -la dupla de senadores en la Capital Federal, encabezar la nómina de candidatos a diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires con el legislador Jorge Rivas, etcétera- les pareció inoportuno que Carrió haya anticipado que será candidata presidencial para el 2003. "Seguramente cree que con ese anuncio atraerá a legiones de radicales descontentos, si los comicios son un Waterloo para la UCR", especulan. De hecho, reconocen que la chaqueña no consulta sus decisiones, que actúa según su saber y entender. Ahora se concentrarán en los cuatro distritos con expectativas, con mucha fuerza en el Gran Buenos Aires. La fuente consultada indica que las encuestas les dicen que la incorporación del diputado peronista Mario Cafiero, promovida por Carrió, "no atrae ni un voto que iba a Eduardo Duhalde". De hecho, el legislador experto en deuda externa ha sido raleado del grupo de choque que va a sectores claves de la gran provincia. La voz del socialismo que habla cuenta que Carrió, con la llave de la popular Soledad Sylveira, penetró en la villa Carlos Gardel, en Morón, con afectos increíbles, "pero no vendrá ningún voto de allí. Nuestro espacio son trabajadores y pequeña y mediana burguesía". Esto exhibe criterios diferentes, por lo que hay pulseada al decidir a que zonas, barrios o provincias donde Carrió irá con su mensaje. Pero lo que los abruma a todos son dos asuntos: el control en las mesas -la militancia del ARI no cubre todos los lugares- y la falta de fondos. Solamente en La Matanza se necesitan 2.200 controladores. "En La Plata acordamos con los peronistas que cuidarán de que los sufragios sean los reales", cuentan como uno los ejemplos para la vigilancia.
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