River Plate lo madrugó a Banfield en el escenario de los sureños, pero después especuló demasiado, desperdició un penal y al final padeció el 1 a 1 que lo retrasa a 5 puntos del líder Racing. El gol de la ventaja lo elaboró Ortega por la derecha y lo concretó Cavenaghi, de cabeza, a los 7' del primer tiempo. La garantía la desaprovechó el Burrito al ejecutar con debilidad un penal que atajó Cristian Luchetti arrojándose hacia su izquierda sin necesidad de adelantarse, a los 65'. El tanto de la perseverancia lo obtuvo Pablo Del Río, a la salida de un tiro libre y con la fortuna de un desvío en el pie derecho de Yepes, a 10 minutos del desenlace. A Banfield este empate lo reconforta anímicamente, aunque todavía sigue muy complicado en la tabla del Apertura y, especialmente, en la paralela de los promedios. El primer tiempo fue otro más, de los tantos que pululan en el fútbol argentino. El equipo dirigido interinamente por Gustavo Barreiro había arrancado bien parado en defensa y dispuesto a presionar a su adversario sin darle tregua. Eso sí, Banfield insistió, se esforzó, pero careció de claridad, tal como le suele ocurrir cuando falta su talentoso armador, el lesionado José Luis Garrafa Sánchez. Banfield terminó la etapa con la imagen de un equipo lento y sin la necesaria reacción. La diferencia en el parcial la marcó River de mitad de cancha hacia adelante, porque Ortega se impuso cada vez que encaró a Walter Fonseca. El jujeño tuvo esta vez que asumir la función de enganche, pero prevaleció cuando se movió por el sector izquierdo de la última línea albiverde. En el segundo tiempo, 20 mil personas vieron como Banfield perseveró en procura de nivelar el marcador y River se conformó demasiado con la ventaja pequeña. Ni Ortega como armador ni Cambiasso como mediocampista capacitado para crear juego fueron los abastecedores que River precisaba y los delanteros también se movieron bastante menos de lo recomendable. Con todo, River tuvo la chance del penal que sancionó Héctor Baldassi porque un envío de Ortega rebotó en un brazo de Javier Sanguinetti. El dos veces mundialista frente a Luchetti careció de la chispa y potencia aconsejables para una ocasión así, de tan corto y crucial recorrido, y a River se le empezó a escapar la victoria. Después de la atajada de Luchetti fue Banfield el que renovó su fe y de un disparo de Del Río surgió la paridad que por entonces ya resultaba previsible. (DyN)
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