Racing Club quedó como único puntero del torneo Apertura al vencer por un apretado 1 a 0 como visitante a Huracán, pero volvió a mostrar un juego poco convincente, ajeno a la enorme ilusión con que su fiel y sufrida hinchada se retiró de Parque Patricios. Huracán, que en los minutos finales acorraló a su rival y al cabo mereció mejor suerte, quedó hundido en la decepción (tiene apenas dos puntos) y enojado con el árbitro Horacio Elizondo, quien a siete minutos del final ignoró una clara mano de Gabriel Loeschbor dentro del área ante un tiro de Padra. En la primera etapa, Racing se pareció poco y nada a un candidato al título. Se equivocó casi siempre a la hora de generar juego ofensivo y recién llegó con riesgo por primera vez a los 37 minutos, cuando Barros Schelotto sacó un remate bombeado desde 35 metros que se fue por encima del travesaño. La prueba más elocuente de sus dificultades fue que sus individualidades más destacadas resultaron Adrián Bastía (volante de contención) y Loeschbor. Huracán, en cambio, fue más ambicioso y, claro, elaboró más y mejores situaciones de gol. Apoyado en el fútbol de Padra, Soto y Hernán Buján, más las proyecciones de Rodolfo Graieb, el Globito acumuló los méritos necesarios como para irse en ventaja al descanso. El problema de Huracán fue que desaprovechó las cinco llegadas que dispuso. En la más clara de todas, sobre los 44, un cabezazo de Fernando Moner picó y pasó apenas encima del horizontal. Racing presionó constantemente a su rival, pero pecó de impreciso cuando dispuso la pelota. Leo Torres, el enganche elegido por Merlo, no fue la solución esperada. Por eso, Milito y Maceratesi entraron muy poco en juego. La tesitura no varió tras la reanudación. Huracán era el que mejor trataba el balón y Racing se debatía entre su fervor interminable y su falta de claridad. A los 12, Campagnuolo -la figura de la cancha- mandó espectacularmente al córner un centro de Luis González que se desvió en la nuca de Bastía y amenazaba con colarse en el ángulo izquierdo. Racing protagonizó su primera acción con verdadero sentido colectivo a los 16. La pelota pasó por los pies de Bastía, Vitali y Torres antes de que Estévez sacara un tiro a las manos de Ríos. El conjunto de Avellaneda mejoró un poco con los ingresos de José Chatruc y Estévez, quienes le brindaron mayor ritmo y presencia en ataque. Hasta que a los 22 llegó el gol: Morquio la perdió dos veces en el lateral derecho y, en la segunda oportunidad, Estévez se llevó la pelota, desairó a dos rivales y mandó el centro que Barros Schelotto mandó a la red ante la endeble salida de Ríos. Huracán, que al principio acusó el impacto, juntó fuerzas y en los diez minutos finales se abalanzó sobre campo rival, pero entre las voladas de Campagnuolo y sus fallas en la definición se quedó sin recompensa. Racing lo disfrutó, mucho más desde lo alto de la tabla que desde su juego.
|  Racing ganó con lo justo y se aferra a la ilusión. |  | Ampliar Foto |  |  |
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