Año CXXXIV
 Nº 49.248
Rosario,
domingo  23 de
septiembre de 2001
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Luis Lobo: "Estaba muerto pero pusimos los huevos"

Terminó el primer festejo en el vestuario argentino. Allí se celebraba que la Argentina volvía al Grupo Mundial de la Davis. El tema de Rodrigo dedicado a Maradona retumbaba en la parte más selecta del Córdoba Lawn Tennis. Luis Lobo y Guillermo Cañas fueron la cara de la garra y el corazón con la que el equipo argentino volvió a primera división.
"Esto yo lo había soñado todo el tiempo. Es fantástico que se te cumpla. Mucha gente no tiene esa suerte. Cuando Voltchkov sacó 4-5 en el set definitivo y acertamos en dos devoluciones, él sintió la presión y erró una volea que no había errado en el partido", dijo Lobo, contracturado hasta las pestañas.
Respecto de la clave, Lobo no dudó: "Hubo una sola clave, pusimos los huevos. Los mismos huevos que tuvo Franco Davín cuando me convocó. No teníamos otra chance".
A la hora de analizar el partido, Cañas señaló que fue "muy cerrado. Se definió en pocas pelotas y lo que más valoro de la pareja es que se la jugó siempre. Personalmente sentí que el partido lo teníamos ganado en el match point", se sinceró.
Pero Cañas se refirió a las lágrimas del final, esas que pocos vieron porque la mayoría festejaba.
Guillermo tomó una toalla, se fue a una silla y lloró sin consuelo.
"Fue una descarga terrible. Sentía ganas de llorar, de expresarme, porque me acordé de todo lo que pasó en el último año. De la gente que estuvo conmigo cuando no podía jugar por la lesión. Mi familia, mis entrenadores y algunos amigos. Ellos están felices como yo", monologó el número uno de la Argentina.
Lobo, nuevamente, se metió en el partido y, como pudo, dejó los sentimientos de lado pero nunca quitó los ojos de su pequeña hija, María Jesús.
"Siempre tuvimos la convicción que el partido estaba, pero en algunos pasajes fue muy raro. Jugó mejor Voltchkov, pero lo que pasa es que el dobles lo lleva Mirnyi. Me sorprendió lo compacto que son en la volea. Te dan pocas chances de quebrar y las que tuvimos, las aprovechamos", señaló el más veterano del equipo.
"Sabíamos que iba a ser un partido largo, cuando ellos bajaron un poquito nosotros pudimos voltearlos. Terminé todo acalambrado. Estoy rendido. Hacía mucho tiempo que no jugaba cinco horas, pero tengo una felicidad que me sale por las orejas", comentó Lobo.
Cuando a Cañas se le preguntó si esto era la revancha de su increíble derrota en Venezuela en 1999 (perdió con el mediocre Ruah después de ir 6/3, 6/3 y 5-0 arriba), se mordió el labio de abajo se sonrió y tiró..."Más allá de ese dato, yo no vine acá a buscar la revancha de lo de Venezuela, fue un placer enorme conseguir esta victoria. Llevar a la Argentina a primera no es una revancha personal, fue una alegría enorme para la gente a la que le gusta el tenis y para el pueblo en general que no la pasa bien", dijo Cañas.
"Haber aportado mi granito de arena para el ascenso de Argentina es cerrar un año muy bueno para mí", finalizó el número uno del país.
Firmaron una decena de autógrafos más, un centenar de palmas en la espalda, se sacaron una quince fotos y se fueron trotando al vestuario. Allí, seguía la fiesta.


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