Daniel Leñini
El primer golpe, aunque leve y sin dañar, fue en 1982 con la oficialización de la quiniela. Pero desde 1996, con la instalación del sistema on line, la caída de los capitalistas de juego de Rosario fue tan firme que de 40 banqueros que había quedó la cueva de uno solo, un histórico que lleva por apodo una creación de Disney (el Bambi). La banca clandestina de Rosario fue una de las más fuertes del país: aunque se remonta varias décadas atrás, hace 10 años recaudaba 10 millones de pesos mensuales, concentraba el 80 o 90 por ciento de las apuestas y manejaba 3.000 planilleros. Los capitostes se paseaban en importados largos como lanchas, se entusiasmaban con las noches de paño verde en Paraná y Corral de Bustos y compartían las cenas con los altos jefes policiales. Algunos, como el Garbanzo y el Burbuja, operaron mesas de dinero en cerrados bancos cooperativos como el Modelo, Aciso o De la Ribera. Hoy, el paquete manejado por la banca ilegal rondaría los dos millones por mes (del 30 a 40 por ciento de las apuestas), según estiman funcionarios de Santa Fe y mayoristas locales de juego oficial. ¿Qué es el sistema on line que tan duro les pegó?: las maquinitas presentes en las agencias que toman las jugadas hasta 15 minutos antes de cualquiera de los 10 sorteos diarios (matutinos, vespertinos y nocturnos, incluida la Oro Montevideo). Hasta el 96, en cambio, había que llenar los cupones, por lo tanto las apuestas se cortaban a las 17 horas y eran válidas sólo para el sorteo de la noche. Así, muy difícil competir. Las cifras oficiales son elocuentes y terminan de completar el cuadro: la Lotería de Santa Fe, que recaudaba por quiniela 2,2 millones mensuales en 1990, hoy embolsa 15 millones, un promedio de 600 mil pesos diarios de apuestas (antes eran 90 mil). "Pero si se suman todos los juegos (Lotería, Quini 6 y Quiniela) la recaudación anual de la Caja de Asistencia Social pasó de 54 millones en 1991 a 217 millones en el 2000", precisó el máximo responsable del organismo, Oscar Donayo, a La Capital. Una simple demostración de cómo la incorporación de tecnología -resistida tantas veces por la burocracia del Estado- es capaz de generar beneficios y golpear la informalidad. Las voces de reconocimiento se suman. "Otro acierto de la Caja fue cuando decidió pagar, por un tiempo, todos los días 700 veces los aciertos", apuntó Pascual Lanzillota, titular de Los Dos Chinos, primer mayorista de juego oficial. La clandestina siempre pagó 600. "La banca ilegal todavía tiene su porción porque los planilleros se meten en bares, oficinas, comercios y andan todo el día por la calle", señaló Lanzillota. "Pescan la jugada de quien no va a las agencias. Por eso hay que crear conciencia en el apostador; decirle que con la oficial el dinero vuelve en obras, mientras la banca clandestina no retorna nada, es todo en negro". Daniel Tedeschi, segundo mayorista de Rosario, señaló que "Santa Fe, que fue la última provincia en oficializar la quiniela en 1982, se puso a la cabeza y hoy muestra, junto a Buenos Aires y Capital, el mejor soporte informático. Por eso crece en recaudación y acorrala al juego ilegal".
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