Washington. - El gobierno del presidente George W. Bush ha recibido las promesas de China de compartir información de inteligencia, así como una mayor cooperación de parte de Latinoamérica y el Caribe, todo dentro de su campaña contra el terrorismo. Además, Irán mantuvo una serie de contactos sin antecedentes con EEUU y Gran Bretaña. Washington amplió el abanico de simpatías levantado sanciones económicas que había impuesto a India y Pakistán hace dos años por sus pruebas nucleares. Emiratos Arabes Unidos rompió ayer relaciones diplomáticas con el régimen talibán y Tayikistán, país vecino a Afganistán, anunció que cooperará con Washington y la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo.
El secretario de Estado Colin Powell afirmó que expertos estadounidenses y chinos planean reunirse la próxima semana en Washington para discutir la situación en el centro y sur de Asia, donde de acuerdo con los funcionarios estadounidenses fueron incubados los planes contra el World Trade Center y el Pentágono. Powell dijo lo anterior el viernes, tras dos horas y media de conversaciones con el ministro de Relaciones Exteriores de China, Tang Jiaxuan. China, confió Powell, "tiene influencia en la región. Tiene conocimiento e información. Tiene inteligencia que podría ayudarnos".
Por su parte, los ministros de Relaciones Exteriores de la Organización de Estados Americanos (OEA), durante un encuentro especial realizado el viernes, aprobaron dos resoluciones en las cuales prometen ayudar a Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo.
Apertura de Teherán
El ataque terrorista a Estados Unidos desencadenó una serie de contactos sin precedentes entre el Irán postrevolucionario con Washington y Londres. Teherán se apresta a recibir en la próxima semana al canciller británico, Jack Straw, el primer jefe de la diplomacia de Londres en visitar Irán después del triunfo de la revolución de 1979.
Los Emiratos Arabes Unidos (EAU), por su parte, anunciaron la ruptura de relaciones con el régimen talibán y se encolumnaron con Estados Unidos para empujar a Kabul a que entregue a Osama Bin Laden, considerado autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre. Washington saludó de inmediato la iniciativa de los EUA.
El presidente de Tayikistán, Emomali Rajmonov, adelantó ayer que su país está listo para cooperar con Estados Unidos y la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, el presidente no especificó qué tipo de cooperación le brindaría a los Estados Unidos y a la comunidad internacional. Y tampoco indicó si permitirá el establecimiento de bases occidentales en su país, o el uso de corredores aéreos sobre Tayikistán para atacar Afganistán.
Este país, que tiene una larga frontera con Afganistán, ha pasado a ser un foco de atención para Estados Unidos. Y aunque podría convertirse en una conveniente plataforma de lanzamiento para los ataques estadounidenses contra Afganistán, funcionarios indicaron que lo pondrán a consideración de Rusia, que todavía tiene influencia sobre la ex república soviética y tiene sus reservas en cuanto a la posibilidad de presencia militar estadounidense en la región.
Arabia Saudita, principal aliado de EEUU en el Golfo, se resiste a aceptar que este país utilice la base de Prince Sultan, en el desierto al sudeste de la capital, Riad, como comando central de la guerra aérea contra el terrorismo dispuesta por Washington, informaron fuentes del Pentágono.
Esta base, según distintos informes, habría sido construida por una de las firmas de la familia Bin Laden, empresarios sauditas, a la cual pertenece Osama. Desde el lunes pasado se encuentra en Arabia Saudita el general Charles Wald, comandante del comando aeronáutico para Medio Oriente y el sudeste asiático, encargado de guiar la campaña aérea contra las bases del terrorismo. La base es un puesto de comando sofisticado dotado de las últimas tecnologías ubicada en AL Kharja, a 80 kilómetros al sudeste de Riad y es el principal centro de operaciones que tiene la aviación estadounidense en la región.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, intenta convencer a los sauditas que levanten la prohibición contra acciones ofensivas que forman parte de los acuerdos entre Washington y Riad para el uso de la base. La campaña aérea encontró así su primera piedra en el camino, pero el Pentágono evalúa la posibilidad de montar un centro operativo en otro país de la región, informó el diario estadounidense The Washington Post. (AP y Ansa)