Año CXXXIV
 Nº 49.247
Rosario,
sábado  22 de
septiembre de 2001
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El cuarteto vocal cordobés presentó su nuevo álbum
De Boca en Boca: "Lo nuestro no es música con pretensiones antropológicas"
Las integrantes del grupo aseguraron que sus canciones responden a una búsqueda introspectiva

Marcelo Minichetti

Cuatro mujeres cordobesas transitan desde hace seis años un camino artístico que desandan recreando canciones de distintas etnias del mundo. Se trata de las integrantes de De Boca en Boca: Marcela Benedetti, Soledad Escudero, Viviana Pozzebon y Alejandra Tortosa, quienes, sumaron sus vocaciones musicales en un grupo cuya singularidad radica en su repertorio universal.
La voz es el instrumento principal del conjunto que bucea en sus recodos tímbricos, en sus tonalidades y en su expresión para reflejar los rasgos que definen a los habitantes de las distintas latitudes de la Tierra a través del canto. Dicen que su objetivo es la recreación del folclore regional y apoyadas en sus voces y con medidos aportes de instrumentos de percusión las mujeres crean un universo propio en el que, como escribió Antoine Saint Exupery, lo esencial es invisible a los ojos.
Después de grabar su segundo disco, "De boca en boca", las cantantes viajaron los primeros días de setiembre a Costa Rica, donde el panameño Rubén Blades las vio actuar en un concierto. Al día siguiente fueron invitadas a grabar en el nuevo álbum del autor de "Pedro Navaja".
Apenas repuestas de la sorpresa, a su regreso a la Argentina las artistas dialogaron con Escenario y revelaron que el camino que comenzó en las playas uruguayas a mediados de la década del 90 es mucho más ancho, más largo y con más sorpresas que las nunca soñaron.
-¿Es necesario conocer en profundidad una música para poder interpretarla?
Tortosa: Empezamos por buscar las canciones que nos llamaban la atención por cuestiones rítmicas, armónicas o melódicas y ¡oh casualidad! esa búsqueda hizo que nos adentráramos en las costumbres de los países de donde provenían los temas. Trabajamos asesoradas por antropólogos y musicólogos, pero lo nuestro no es música con pretensiones antropológicas.
-¿Por qué eligieron músicas típicas para cantar?
Benedetti: Como cantantes teníamos muchos deseos de desarrollar la voz con todas su potencialidades a nivel tímbrico y distintos tipos de impostaciones. No solamente la voz cantada sino como percusión, por ejemplo.
-¿Qué edades tienen?
Tortosa: Más o menos treinta....ahí, en el umbral (risas).
-¿El umbral de qué?
Tortosa: Estamos todas entrando en los 30. Empezamos a cantar juntas hace seis años así que ya hemos recorrido un largo camino.
-Ustedes plantean un trabajo que apunta a la universalidad, ¿por qué no empezaron por los ritmos argentinos?
-Escudero: En un principio todo comenzó por ser curiosas y buscar cosas diferentes, y justamente nos parecían raras en su aspecto armónico y de color. En el segundo disco trabajamos con bagualas aunque estamos en deuda con las bagualeras porque todavía no hemos ido a escucharlas en vivo. Nos manejamos con el trabajo de Leda Valladares. Lo primero fue salirnos de lo local.
-¿Cómo acceden a la música que recrean?
Tortosa: Las cuatro somos muy curiosas, buscadoras de cosas nuevas, así que cuando comenzamos ya teníamos algo de material de Bobby McFerrin, Zap Mama, Nina Hagen, cosas raras para nosotras, ¿no? Luego se fueron abriendo los caminos por nuestra relación con musicólogos que nos pasaron sus trabajos de campo y el mismo público también nos comenzó a pasar material. El proceso fue bastante artesanal.
-¿Eligen los temas con algún criterio preestablecido o solamente hacen lo que les gusta cantar?
Pozzebon: En primera instancia cantamos lo que nos gusta. Algunas cosas que nos atraen por la armonía, por el aspecto tímbrico o el rítmico y después vemos. Pero primero tiene que entrar por el oído.
-¿Qué condiciones debe reunir una canción para que la incluyan en su repertorio?
Benedetti: Fundamentalmente tenemos que sentirla de alguna forma como nuestra para que no sea algo trucho.
-¿Alguna vez cantaron canciones en los países donde se originaron?
Escudero: Nos pasó en Venezuela y fue bárbaro. Cantamos un tema local y les encantó a todos. Después nos encontramos con un percusionista que nos marcó algunas correcciones en el ritmo, pero nos dijo también que el espíritu del tema estaba en nuestra versión y eso nos puso muy bien.
-¿Por qué se acompañan exclusivamente con instrumentos de percusión?
Pozzebon: En un principio solamente incluimos percusión. Ahora sumamos acordeón, charango y flauta tocados por nosotras. El asunto es que nos de el cuero para tocar, porque básicamente somos cantantes. También solemos incluir invitados en contrabajo, chelo y guitarra.
-¿Creen que lo que hacen divierte al público o tienen auditorios intelectuales?
Pozzebon: ¿Por qué decís intelectual? Lo que hacemos es para divertirnos. Somos músicas no antropólogas o investigadoras. De ahí partimos. Hemos ido a pueblos y ciudades pequeñas donde la gente escuchaba por primera vez las canciones que hacemos y hasta la gente grande nos ha dicho que, aunque no entiendan lo que decimos cuando cantamos, el espectáculo les parecía hermoso. Si a la gente la mueve, no me parece para nada intelectual y si es así, ya me estoy yendo.
-¿Cuántos viajes hicieron al exterior?
Pozzebon: Fueron tres. Fuimos a Caracas, Venezuela, en abril del año pasado. En agosto fuimos a México, a la ciudad de Mérida, y hace dos semanas estuvimos en Costa Rica, donde dimos dos conciertos en San José.
-Tuvieron un público calificado.
Benedetti: Sí, cuando supimos que nos había ido a ver Rubén Blades fue una sorpresa y media... Fue algo inesperado porque uno siempre sueña pero no creíamos que se podría concretar. Nos habían dicho que le había gustado lo que hacíamos pero no pensamos que iba a ir a un recital nuestro y menos que nos iba a invitar a grabar.
-¿Qué grabaron con el panameño?
Tortosa: Grabamos dos cosas muy cortitas nuestras y después un tema con él.
-¿Qué sienten al saber que sus nombres figurarán al lado del de Blades y de Phil Collins entre otros famosos?
Benedetti: Lo que más me impactó fue la humildad del tipo que nos trató con tanto respeto que uno aprende con esas cosas.
-¿Porqué denominaron al segundo disco con el nombre del grupo?
Escudero: El significado del nombre del grupo es la transmisión oral. Y ya veníamos con ganas de que algún espectáculo o un disco reflejara eso. Es como resignificar el nombre y hacer alusión a la tradición oral, esa transmisión tan importante de padres a hijos, de abuelos a nietos. Es un poco un llamado para que no se pierda nada de esto.
-¿Tienen arreglador de temas y de voces?
Escudero: En general hacemos todo nosotros, adaptamos los temas incluso de voces masculinas las acomodamos a nuestras posibilidades y por ahí nos permitimos agregar y modificar alguna cosita pero en general respetamos la esencia de cada canción.
-Sería como repetir algo escuchado en algún lugar.
Escudero: Claro en un punto es así, porque aunque nosotros no cambiáramos nada, tenemos nuestra manera y nuestra formación lo que hace que cada versión sea diferente del original.
-¿Cantan en otros idiomas con tonada cordobesa?
Escudero: (Risas) En general tratamos de respetar lo que escuchamos pero debo confesar que a una de las chicas, la más cordobesa de todas, por ahí en algún fraseo se le cuela la tonada.
-¿A medida que adquieren mayores conocimientos de lo que cantan no sienten más temor de hacerlo?
Benedetti: La verdad, sí. Comenzamos sin ningún tipo de expectativa ni reservas por saber qué estamos haciendo. No pensábamos ni siquiera en grabar y lo que nos pasó fue muy fuerte. Después empezamos a buscar los fundamentos y encontramos un musicólogo cordobés que vive en Estados Unidos, que trabaja justamente en música de todo el mundo. Cuando necesitamos datos se los pedimos y nos tapa con información.



El cuarteto se dedica de lleno a tocar música étnica.
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