Washington. - El presidente estadounidense, George W. Bush, mostró ayer, a una semana exacta de los atentados terroristas contra Nueva York y Washington, su rostro más misericordioso. George W. Bush, destacó el "gran valor y esfuerzo" de todo el pueblo estadounidense ante este desastre. "Representantes de grupos y entidades de caridad, Cruz Roja, Ejército de Salvación, socorristas y los ciudadanos comunes de nuestro país hicieron un gran esfuerzo, ya que donaron ropa, comida y horas de su tiempo para reconstruir estas vidas", sostuvo Bush, quien recalcó que "como presidente de este país, no hay nada que me haga más feliz". Bush encabezó junto al personal de la Casa Blanca el minuto de silencio (a las 8,45 locales, la hora del impacto del vuelo AA 11 contra la primera de las Torres Gemelas, el martes 11 de setiembre). Luego rindió homenaje al espíritu demostrado por Estados Unidos en esta tragedia, al elogiar y solicitar la generosidad del país y preparándolo para sostener "una larga confrontación contra el terrorismo, sin precedentes". "Que Dios siga bendiciendo a Estados Unidos", invocó Bush, acompañado por el vicepresidente Dick Cheney y algunos de sus asesores más cercanos en el Jardín Sur de la Casa Blanca, frente a la residencia presidencial. Detrás de Bush y Cheney, cientos de empleados de la Casa Blanca y asesores gubernamentales de alto rango, entre ellos la asesora de seguridad nacional Condoleezza Rice, el procurador general John Ashcroft y el director de la FBI, Robert Mueller, se sumaron al homenaje. (Ansa, Télam y Reuters)
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