La licitación del puerto local concretó ayer un paso decisivo de cara a la reactivación de los muelles rosarinos. El directorio del Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro) autorizó la apertura del sobre número dos con el proyecto presentado por el consorcio que lidera la Autoridad Portuaria de Tarragona para la explotación comercial de las terminales I y II durante 30 años. Desde hoy, el proceso de concesión agilizará sus tiempos. Según estimaciones oficiales, una vez analizada la oferta económica del grupo catalán -contenida en el sobre número tres del proceso de concesión- el puerto quedará adjudicado en noviembre.
El conflicto de intereses que trabó por meses una definición en el seno del Enapro llegó ayer a su fin. Y muchos coinciden en señalar que quien desenmarañó esta compleja trama de obstáculos fue el presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona, Lluis Badía i Chancho.
La semana pasada, el empresario catalán mantuvo en Rosario una ronda de contactos con empresarios, legisladores locales e intendentes del área metropolitana y logró cosechar un respaldo a su gestión como oferente en el puerto.
Ayer, en tanto, la presentación de los avales y garantías que respaldan al consorcio oferente se tradujeron en hechos concretos: la aprobación del sobre número uno, que contiene los antecedentes económico-financieros del consorcio con los inversores españoles, y la apertura -prevista para hoy- del sobre número dos, que encierra al proyecto de desarrollo comercial en las terminales.
La decisión de avanzar en el proceso licitatorio fue acordada por mayoría entre los directores del Enapro, pero trajo consigo una profundización de la divisoria de aguas entre algunos de sus integrantes.
En rigor, quienes le dieron el okey a la única oferta presentada en la licitación fueron la titular del ente, María Herminia Grande, junto a Miguel Calvo (representante de los productores), y José Censabella, quien representa a los importadores. En cambio, Claudio Caprile (representante de las terminales concesionarias) optó por la abstención.
Quienes rechazaron la documentación que acredita las garantías de los inversores españoles en el proyecto local fueron el representante municipal, Joaquín Blanco, y el referente de la Cámara de Actividades Portuarias en el Enapro, Juan Carlos Vilanova.
Conocer la oferta catalana
"Lo que se ha producido en esta reunión del ente es un punto muy importante en el proceso licitatorio. De ahora en más, vamos a poder conocer con precisión en qué consiste el proyecto del oferente, cuál es su perspectiva de desarrollo y qué rubros esperan encarar en el puerto local", detalló eufórica Grande.
A su vez, la titular del Enapro insistió con su voluntad de "poner en movimiento esta herramienta de desarrollo productivo y creadora de puestos de trabajo que es el puerto", para lo cual se intensificarán las gestiones de las delegaciones empresariales en misiones comerciales a Tucumán y Córdoba. "La idea es lograr que nuestros muelles se vayan poblando de cargas de cara a la próxima temporada", apuntó la funcionaria.
A su turno, Censabella destacó "la prioridad de que el puerto rosarino funcione, que sea un factor promotor de empleo y sin dejar de tener en cuenta que estas terminales necesitan de un caudal importante de inversiones que la provincia no está en condiciones de hacer por sí sola".
El representante de los importadores en el ente dio su visión optimista sobre el futuro portuario al indicar que "se logrará rápidamente una reactivación".
En otro orden de cosas, Grande confirmó a La Capital la nueva conformación del directorio en el ente, luego de la renuncia a sus cargos de Joe Petersen, quien representaba a las empresas fluviales y marítimas; Ana María Brunet, por la Cámara de Exportadores, y Edgardo Moschitta, por la Cámara de Comercio Exterior.
"Ahora ya somos siete, porque Ramón Aybar (asesor gremial del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos) ocupará la representación de los obreros en el ente", finalizó Grande.