U.G. Mauro
El Idam Ballet, un cuerpo de baile que integra, junto con el Idam Ballet de Cámara, la estructura del Instituto de Danza, Expresión y Movimiento, cumple hoy 20 años y los festejará con una actuación que se llevará a cabo en el Auditorio Fundación Astengo, Mitre 754, a las 21. La característica fundamental de este espectáculo celebratorio reside en que estará integrado por todas las coreografías de este cuerpo que recibieron premios y menciones en distintas presentaciones y festivales nacionales e internacionales. En diálogo con Escenario, Martha Lozano y Nora Padula -quienes junto con Patricia Padula y María Eugenia Svetaz codirigen el Idam-, explicaron otros aspectos del espectáculo, recorrieron parte de la historia del este ballet y fijaron posición respecto del peso que la danza tiene en la cultura de la ciudad. "Ofrecer estas coreografías no implica mostrar sólo lo premiado sino que además se trata de mostrar cosas que son como nuestros hijos mimados" indicó Nora Padula. -¿Hay alguna figura invitada pare este festejo? Nora Padula: Hay dos ballets invitados, pero que tienen íntima relación con el instituto; el Idam Ballet de Cámara Clásico y el Ballet Group que dirige Martha (Lozano). El único gancho que tenemos no consiste en ninguna figura de trascendencia sino que el atractivo en sí mismo es que durante 20 años hemos venido trabajando. Martha Lozano: No invitamos a nadie porque es nuestro festejo (risas). No es un espectáculo muy largo. En total, algo más de una hora y media. -Cuando nació el Idam Ballet, ¿pensaron que iba a durar 20 años? Lozano: Sí, porque cuando uno genera algo desde lo ameritado y con todas las ganas que nos impulsaron a Nora y a mí al considerar que el instituto necesitaba un ballet, uno da por hecho que va a durar toda la vida. Se creó con toda la fuerza y las ganas que creciera, algo que es lo que destaca al Idam Ballet. A nivel coreográfico creo que ambas hemos crecido muchísimo y en cuanto a preparación de todo tipo siempre se está en la búsqueda. -¿Siempre fueron conscientes de que iban a crear algo en Rosario, en Argentina; es decir, con poca plata y muchos problemas? Lozano: Sí, porque nosotras tenemos en la danza y en las escuelas toda una vida. Ya cuando éramos compañeras de ballet a los 16 ó 17 años sabíamos que esto era así, sabíamos de la lucha que esto representaba y cuando uno conoce esas cosas pierde el miedo y le pone la cara a las contrariedades. -¿Qué cosas impidieron en estos 20 años que al Idam Ballet le fuera mejor? Padula: Creo que deberíamos haber tenido un poco más de colaboración no sólo en cuanto a lo económico sino también en lo laboral. Nosotras debemos trabajar muchas veces tanto en la creación de la coreografía como en el diseño y en la confección misma del vestuario, ya que muchas veces no podemos pagar todo lo que se necesita para subir un espectáculo a escena. Quisiéramos tener algún tipo de personal dependiente que nos haga la prensa y otras actividades. -El Idam Ballet ¿cuenta con recursos económicos para solventar sueldos, honorarios o cachets? Lozano: Para nada. Nadie cobra sueldo en el Idam Ballet. Ni las directoras, ni las coreógrafas, ni las bailarinas. Lo que sí hubo empresas particulares que alguna que otra vez nos han esponsorizado, pero el único dinero proviene del Instituto Idam. -¿Genera alguna ganancia esto? Padula. Sólo se pone dinero. Por ejemplo, somos el único grupo argentino invitado al gran homenaje que en Bruselas se hará al bailarín argentino Jorge Donn, un encuentro cuyo padrino es nada menos que Maurice Bejart, y realmente no podemos llevar a la compañía completa porque vamos a una de las ciudades más caras del mundo y aunque los belgas nos provean de alojamiento, los pasajes hay que pagarlos y ahí estamos, en la lucha. -Desde su fundación a hoy ¿qué relación mantuvo el Idam Ballet con las áreas oficiales de la cultura? Lozano: Sólo en pequeñas cosas; por ejemplo en el espectáculo que presentamos esta noche nos han facilitado el costo del sonido y a veces corren con una parte del alquiler de la sala, pero realmente hallar un esponsor que realmente afronte el costo completo de una función, nunca nos ocurrió. Padula: El ballet participó en el Festival de Danzas que sí fue bancado por la Municipalidad y hemos participado, pero el Idam Ballet directamente nunca recibió algo así. -¿Hay un gran logro por alcanzar? Lozano: El gran objetivo, en sí mismo no existe. Hay pequeños pasos que estamos dando, como por ejemplo participar en el Festival de la Danza de Joinville en Brasil. Entre 1.300 grupos fuimos de los 200 que quedamos. No tenemos a la gran bailarina, al solista que brille, pero sí a un gran equipo que funciona. Tener ese gran objetivo en este momento, en esta ciudad y en este país es muy difícil. -¿Hay algún egresado convertido en figura salido de las filas del Idam Ballet? Padula: Tenemos un alumna becada que estuvo dos años haciendo la especialización en la escuela de Maurice Bejart y que se llama Natalia Naidich. Ella fue alumna y maestra de instituto e integró el Idam Ballet ganando distintos premios en diversos festivales. Volvió a la Argentina y se contactó con el Teatro San Martin de Buenos Aires y ahora está becada en París con el mejor promedio del año y haciendo una carrera especializada que se da nada más que en Londres, Nueva York y París; una maestría acerca de lo que es el lenguaje de la música y el movimiento. -Parecen muy conformes con el saldo de estos 20 años, pero ¿qué cosas no salieron como hubieran querido? Lozano: Hay cosas como nuestro crecimiento personal en el que nada salió mal, pero todo fue suma de errores con cosas buenas. Nada pudo opacar nuestra llegada a los 20 años. -¿Hay armonía entre los grupos de danza locales? Lozano: Siempre recibimos con las puertas abiertas a todos y así nos reciben. Creo que lo fundamental es el respeto por nuestro trabajo, el de los demás y fundamentalmente por el ser humano. -¿Hay hoy en la ciudad algún proyecto que agrupe a todos tras la promoción de la danza? Padula: En estos momentos no. Los más grandes fueron los festivales como "Danza Abierta" que se hacía en el Fundación y el Festival de Danzas que se hacía hasta hace poco en la ciudad, y que no se siguió haciendo por falta de esponsores y de apoyo. El perder ese espacio fue un verdadero crimen, porque fueron siete años de gran convocatoria, trayendo a lo mejor de la danza nacional y del continente a la ciudad. Cinco personas solas no podían seguir bancando un festival que mueve cifras impresionantes. Era imposible. Eran más de 10.000 personas, pero no se pierden las esperanzas de que alguien lo pueda continuar. -La inspiración espontánea cabe para todos los estilos o se aplica únicamente a la danza contemporánea? Lozano: Eso se determina cuando se conoce el material humano con el que se cuenta. -Considerando la crisis general, la demanda de la gente por aprender ¿es para trabajar, ser famosa o simplemente expresarse? Lozano: Hay gente que termina la carrera y con los años vuelve más que nada porque necesita expresarse; algunos vienen a una edad bastante más avanzada y llegan incluso para iniciarse y eso realmente asombra.
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