Año CXXXIV
 Nº 49.243
Rosario,
martes  18 de
septiembre de 2001
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Detienen a un hombre del barrio Las Palmeras por el crimen de su concubina
Historia de violencia y desamparo tras el brutal crimen de una mujer
María Teresa Cisneros, de 41 años, apareció degollada. Su hijo, de 12 años, quedó al cuidado de los vecinos

Ariel Etcheverry

Walter dice tener 12 años, pero no tiene un documento de identidad que lo certifique. Tampoco conoce con certeza la fecha de su cumpleaños porque no posee partida de nacimiento, ni sabe nada del paradero de su padre biológico, de quien ya ni recuerda el rostro. Desde ayer a la madrugada, el chico está más solo que nunca en el mundo de no ser por un grupo de vecinos solidarios que no dudaron en tenderle una mano. Su mamá, Teresa de Jesús Cisneros, de 41 años, fue brutalmente asesinada por su padrastro. El hombre tuvo un arranque de furia, más obnubilado por el alcohol, y degolló a su mujer.
El autor del homicidio, Luis Esteban Rodríguez, fue detenido por la policía en el mismo lugar del episodio, un rancho de madera y chapas ubicado en la villa miseria de Cerrito al 7600, en el barrio Las Palmeras. El hecho ocurrió minutos antes de las 6. La subcomisaría 22ª, que tiene su jurisdicción en esa zona, fue alertada de que en ese lugar se había producido un hecho de sangre. Cuando los agentes llegaron encontraron a Rodríguez recostado en una cama en un estado de ebriedad tal que no podía articular una palabra.
Junto al hombre estaba recostada Teresa, sin vida y con una herida cortante en el cuello y golpes en toda la cara. Entre balbuceos, Rodríguez habría confesado su responsabilidad en el crimen y por eso quedó inmediatamente detenido. La policía también secuestró en el lugar un cuchillo de cocina tipo tramontina con manchas de sangres, presuntamente utilizado en el crimen. Según comentaron vecinos, el hombre y la mujer habían discutido violentamente durante la madrugada. Las peleas siempre fueron una constante entre Rodríguez y Cisneros, quien en varias oportunidades terminaba con graves hematomas en todo el cuerpo.
La pareja se había establecido hace más de un año en Las Palmeras. Antes habían vivido en la villa miseria que se encuentra detrás del Mercado de Fisherton. Rodríguez y Cisneros no tenían hijos en común, pero la mujer tuvo en otra relación a Walter. El chico, según contaron a La Capital varios vecinos, también era objeto de agresiones por parte de Rodríguez. "El hombre es un borracho que volvía loca a su mujer por los golpes y despreciaba al chico. Al nene lo tenía amenazado y una vez le prohibió que se acercara a la madre", comentó Leonor, una de las vecinas que acompañaban ayer al menor.
A partir de las constantes agresiones que sufría por parte de su padrastro, Walter se tuvo que ir a vivir a la casa de una familia amiga, dentro de la misma villa, pero a unos 400 metros de la casilla donde vivía su mamá. A media mañana de ayer, el chico estaba shokeado y no podía creer lo que había sucedido. Parecía desbordado por la situación y las pocas palabras que soltó las pronunció con mucha dificultad, como conteniendo el llanto. Y no es para menos. Con apenas 12 años no tenía a quién recurrir ante semejante tragedia.
Sus vecinos y los encargados del centro comunitario donde se sirve la copa de leche a los chicos del barrio se movieron por toda la zona para conseguirle un par de tarjetas de transporte porque no tenía con qué movilizarse. Para colmo Walter no tenía ayer a ningún familiar mayor de edad que se presentara a concretar los trámites correspondientes en el Instituto Médico Legal, donde se hizo la autopsia de la mamá y retirar el cuerpo. Pero además Walter no existe para el Estado argentino porque no cuenta con partida de nacimiento ni DNI. Leonor, una de las vecinas que no se despegó del chico a partir de la tragedia, admitió no tener idea en qué iba a terminar todo esto.
El chico no tiene ningún familiar de sangre cercano. Walter dice que no se acuerda de su padre y que no sabe dónde se encuentra. Algunos decían ayer que estaba preso en la cárcel de Coronda, purgando una prisión perpetua. El chico tampoco parece recordar a allegados a su mamá. No hay tíos, abuelos o amigos a los que pueda recurrir, sólo un puñado de vecinos. "Lo peor es que a este tipo (por Rodríguez) lo van a largar en dos días. Pero más vale que no vuelva al barrio", exclamaban los vecinos.



Walter es el hijo de la mujer asesinada.
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