El interventor del Pami, Raúl Pistorio, reiteró ayer su decisión de promover la reestructuración del sistema de emergencias médicas y afirmó que los costos "deben reducirse a la mitad" de los actuales 50 millones de pesos anuales que paga la obra social para esas prestaciones, aunque aclaró que esa medida no significará una privatización del servicio. El interventor del Pami aclaró que esa medida "no será para ahorrar fondos" como una entidad lucrativa, sino para "gastar mejor y brindar mejores servicios a sus afiliados". Pistorio indicó que "en las últimas semanas se recibieron varias propuestas, entre ellas algunas de origen gremial, que rondan la cifra estipulada de 25 millones de pesos anuales, con la que se puede brindar un servicio de emergencias eficiente y seguro para los afiliados, evitando distorsiones e intereses ajenos al Instituto". El funcionario reiteró que la reestructuración "no significa la privatización del área, sino un reordenamiento de una relación laboral con 719 personas que conforman el servicio de emergencia del área metropolitana para 1,2 millón de afiliados". En este sentido, Pistorio se quejó porque los empleados que intervienen en esa área "le cuestan al Instituto 51 millones de pesos al año, más otros gastos indirectos por mantenimiento y seguros, para dar 500 mil servicios al año, por lo cual cada prestación de emergencia, al Pami le cuesta más de 100 pesos". Pistorio señaló en ese marco, que "esa cifra deberá reducirse a la mitad", mientras recordó que "el 65 por ciento de esos servicios que se hacen en el año están a cargo de empresas privadas, que cuestan el 35 por ciento del gasto". (DYN)
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