Año CXXXIV
 Nº 49.241
Rosario,
domingo  16 de
septiembre de 2001
Min 6º
Máx 18º
 
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Opinión
Rosario, la ciudad de las dos rosas

Jorge Boasso (*)

En Rosario tenemos dos realidades distintas, como la existencia de una "rosa roja y una rosa negra", la primera perteneciente al mundo de las ideas, del pensamiento, y que se exterioriza sólo a través de la palabra, del discurso político. La otra es parte de la cruda realidad que nos rodea, la que se encuentra delante de nuestra vista, la que observamos todos los días cuando salimos de nuestros hogares. Sólo es necesario mirar a nuestro alrededor y veremos que en el escenario de la cruda realidad existen unos personajes que se pasean impávidos empuñando "rosas rojas", recitando discursos de los más variados.
En uno de los discursos gritan a quien los quiera escuchar que Rosario va a tener el mejor transporte urbano del mundo, con líneas troncales como verdaderos subtes, con líneas alimentadoras de aquéllas, con unidades nuevas de primera generación, ecológicas, silenciosas, adaptadas para discapacitados, con combinaciones sincronizadas al mejor estilo suizo, con unidades articuladas con capacidad para 160 pasajeros, con refugios nuevos para que esperen sentados los pocos minutos que tendrán que esperar los usuarios. Y del discurso pasan a la publicidad, gastan una fortuna en propaganda televisiva, radial, folletos para todos los ciudadanos, con dibujitos, espejitos... de colores. Y cuando pasan estos personajes con "rosas rojas", encontramos una "rosa negra", triste, casi marchita, que nos muestra colectivos viejos, en mal estado, que escupen humaredas que nos impiden la respiración, que pasan por las paradas con ausencia de refugios cada 20 o 30 minutos, sin adaptación para discapacitados, ruidosas y ruinosas.
Y nuevamente aparecen en escena los personajes de "rosas rojas" en mano y en otro discurso pregonan... Rosario, la ciudad de los niños, aquella admirada por el mundo porque está pensada para que los chicos puedan caminar alegremente por las calles, disfrutarlas, con total seguridad para ellos sin que los padres se tengan que preocupar. Niños fuertes y sanos...
Y pasaron los "rosas rojas" y otra "rosa negra" aparece en el horizonte, en el que se observan todas las esquinas de Rosario con niños pidiendo una limosna, multitud de cuidacoches, 180 mil personas viviendo en 110 villas de emergencia, esperando desde 1995 el famoso crédito del BID para la construcción de viviendas que integró todos los discursos de los últimos seis años, ¡todo un récord! Y otra vez los muchachos con "rosas rojas", parecen universitarios, y esta vez se los escucha... "este será el año de la producción y el empleo", y esta vez pasan rápido porque ni ellos escuchan el discurso y enseguida la "rosa negra" con dos cartelitos atados, espinas que dicen: "Rosario, segunda ciudad del país en desempleo, 20,6%", "Secretaría de la Producción, Empleo y Comercio Exterior, $ 2.000.000 de presupuesto pero descontar $ 1.000.000 compra predio y $500.000 sueldos amigos".
Y ahora los muchachos con "rosas rojas" van a los barrios, se lo distingue de lejos al intendente Binner con una en la mano y todos lo siguen de atrás como marcando el paso y diciendo "...vamos a realizar trabajos de zanjeo, vamos a construir veredas, vamos a realizar trabajos de mantenimiento, control, extracción y reforestación de los árboles de la ciudad, limpiar las bocacalles así cuando llueve no se inunda la ciudad, van a tener colectivos, refugios..." y los muchachos no se dan cuenta de que están pasando por el estoico barrio de Empalme Graneros y que esta vez los esperaban vecinos con "rosas negras" en sus manos y carteles con los más variados insultos por padecer desde hace mucho tiempo de los inconvenientes que les causa justamente la falta de zanjeo, de veredas, 160 árboles que ponen en peligro la vida de las personas y sus pertenencias, la falta de limpieza de acueductos cuya consecuencia es nada menos que agua en las calles y en sus hogares, justo en ese barrio que tanto lucho con Numain (Nunca Más Inundaciones).
Disfrazados de ecologistas, con "rosas rojas" en mano, predican terminar con la polución, la contaminación, con la basura en las veredas y con los basurales a cielo abierto. Los rosarinos con "rosas negras" en la mano los esperan caminando sobre los residuos domiciliarios desparramados por las veredas y calles de la ciudad, finalizando el recorrido en el Gallego I y II, hoy clausurado por orden judicial por contaminación, justo a ellos los reyes de la ecología... ¡pero en el discurso!
Se observa de lejos nuevamente al intendente con una "rosa roja" en la mano pero se lo divisa visitando a la entonces ministra de Acción Social, Graciela Fernández Meijide, para "pedirle" el Pami y ésta con otra rosa roja en mano le dice que sí, lo nombran al doctor Capiello, asume y en vez de encarar la administración necesaria "huye despavorido" al mejor estilo Chacho, dejando a los desvalidos "socios de cargos" al frente de la obra social, quienes observan que los chicos de rosas rojas se acercan o se alejan de acuerdo a su exclusiva conveniencia. Los jubilados y pensionados con la "rosa negra" esperando a los valientes muchachos de la "rosa roja".
Al final se ve un barco que llega al puerto de Rosario, cargado con muchachos empuñando "rosas rojas", con altisonantes discursos: "Rosario tendrá el mejor puerto del mundo, será eje del Mercosur, se invertirán millones de dólares y se crearán miles de empleos". Lo cierto es que el barco no pudo amarrar porque no encontraron el puerto a pesar de tener el intendente un representante que debió oficiar de práctico, claro que designó a tres amigos que sólo conocían las canoas del parque Independencia.
Y aquí al final, nos encontramos con una escena dantesca, todos los rosarinos con "rosas negras" en sus manos observando cómo un grupo de parientes, amigos y militantes empuñan "rosas rojas", levantan sus brazos y gritan "¡todos para uno!".
(*)Concejal (UCR)


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