Rodolfo Montes
Camisa ajustada con botones desprendidos mostrando el pecho. Pantalones de jean apretados y botas tejanas. Un auténtico Osvaldo Laport que cuando habla de Guevara dice "Guevarita", como decía el famoso boxeador de "Campeones" al referirse a sí mismo. Osvaldo Laport vive el 2001 como un año de transición. Viene del gran éxito de "Campeones", donde construyó un personaje único e inolvidable, y va a encabezar el año próximo la telenovela con la que Telefé intentará adueñarse de la franja de las nueve de la noche. El personaje será muy distinto a la dimensión Laport conocida hasta la fecha, pero estará unido a los anteriores por el culto al cuerpo y su exposición explícita, según anticipó el actor, aunque esta vez no será "canyengue". "Con este personaje voy por la clase, la seducción y la elegancia", anticipó el uruguayo. El actor confesó que estar fuera de la pantalla le hace "mal", y aclaró que no puede disfrutar del tiempo libre y que su propio éxito no es completo por las difícil situación social, incluso de su propia familia. Para completar la idea agregó: "Vengo del hambre, de la necesidad, mi cultura consiste en trabajar para vivir, y quiero actuar". Intimamente hubiera preferido continuar ligado a Pol Ka y a Canal 13, "pero no hicieron nada" por retenerlo, disparó. Igual cree que lo que le pasa en la vida ya estaba escrito de antes y por lo tanto dice: "Bienvenido Telefé". En una de los camarines de su nuevo canal, el actor habló de los miedos que le provoca el próximo desafío, se quejó de los "ignorantes" y volvió a manifestar su alegría por actuar, ya que siente que en esta actividad pudo unir una pasión y un oficio. -¿Cómo te preparás para ser una de la figuras de Telefé en el 2002? -El cambio de canal es muy importante para mí. Tal vez la gente no lo entienda pero yo tuve cierta orfandad de canales a lo largo de mi carrera. Siempre estuve más ligado a las productoras y no tanto a los canales. Desde el año 81 empecé a trabajar con productoras independientes, con las primeras que aparecieron. -¿Y como fue ese inicio? -Recuerdo que trajeron a Verónica Castro, pero aquí fue muy criticada. El latiguillo era "por qué tienen que traer gente de afuera con el talento que tenemos aquí". La ignorancia no permitía ver que nos estaba dando de comer a quinientos negros, entre los que estábamos delante y detrás de cámara. Esa novela se llamó "Cara a cara" y fue mi inicio con las producciones independientes. -Sin embargo, algunas productoras ahora son casi tan grandes como los canales. -Es verdad, pero en aquel tiempo esos productos en el país estaban casi abandonados, sin prensa. Nosotros, por ejemplo, no sabíamos que esas novelas se vendían en el mundo. -Así que te hiciste figura afuera antes que en la Argentina y Uruguay. -Sí, en Italia llegó a haber tres novelas mías diarias, simultáneas. Una a la mañana, otra a la tarde y la última a la noche. Y aquí todavía no era una figura conocida. -¿Cómo tomás lo de Telefé? -Es mi debut en este canal. Nunca trabajé aquí. En el viejo Canal 11 estuve al aire pero con producciones independientes. -¿Fue un cortocircuito dejar Canal 13? -Sí, cuando dejé Pol Ka hubo chisporroteos. A mí me hubiese gratificado, llenado el alma, que un canal como el 13 me diga: "No, no, no te vayas...quedate con nosotros" -¿Y no lo hicieron? -No, pero ya está. Yo creo que todos tenemos un destino marcado y en este momento lo mío es estar en Telefé. Para mí es una gran posibilidad porque todo el camino que recorrí solitariamente en el exterior, lo quiero seguir alimentando y este canal me da esa posibilidad. -¿Te pesa que el reconocimiento te haya llegado recién en los últimos años? -Es una necesidad humana, de todas los individuos y no solo de los actores. Siempre queremos escuchar que nos digan "estuviste bien o estuviste mal", aunque tengamos cien años. -Es la aprobación. -Diría que es algo más simple, más primitivo. Es escuchar que te digan "¡vieja!" o "¡papá...!". Me pasó que cuando recibí el Martín Fierro por Guevarita y no cruzó ningún medio de prensa del Uruguay para preguntarme cómo me sentía. Y fue el primer Martín Fierro en la historia del Uruguay. -Te dolió. -Puede sonar a resentimiento, pero te aseguro que soy un tipo que se hizo solo, y que transito por la vida con la tranquilidad de apoyar la cabeza en la almohada y dormir sabiendo que no perjudiqué a nadie. Estas cosas me enojan, están relacionadas con la ignorancia. -¿Hay celos en la relación entre las dos orillas del Río de la Plata? -No creo, Uruguay fue la Suiza de Latinoamérica en su momento. Vivió su tiempo de gloria y quiero creer que esa gloria estuvo relacionada con el sentimiento, con la ética, con el buen gusto... y con la camiseta. -¿Estás reclamando algo? -Siento la impotencia de no poder reclamarle nada a nadie, y ahí entran todas las investiduras. Cuando se derrumban las Torres Gemelas veo que tenía razón, que no hay Primer Mundo ni Tercer Mundo. Habitamos un planeta con hombres que no hemos crecido y la ignorancia nos está matando. -¿Cómo estás incorporando el nuevo desafío actoral que se viene? -El personaje que voy a interpretar en la nueva novela de Telefé, que se verá desde enero de 2002, es como muchos otros: un personaje atípico y también un homenaje. En "Cosecharás tu siembra" era el inmigrante; "Catriel" fue la identificación de las raíces y reconocimiento a los indios como parte de la cultura, y Guevara reivindicó el boxeo como una disciplina que estaba en decadencia y ahora está siendo recuperada por mucha gente. Al menos nos ponemos guantes para sacarnos fotos. -¿Cómo es el que viene? -Es el más difícil. Todavía no tiene nombre. Es amante de la literatura, lector de Neruda, Benedetti; bailarín de tango, con arraigo en La Boca, su barrio, al cual quiere y reconoce. Y como en los personajes anteriores, para hacer la propuesta más comercial, también jugará con la exposición física. -¿Cómo te llevás con las rutinas de trabajo para mantener el cuerpo? -Tuve etapas donde me "peleaba" con la exposición del cuerpo decía: "¡Basta de desnudos, me cansé de hacer fierros!". Pero luego vuelvo a aceptar esta realidad y sigo adelante con el trabajo. -¿Empezaste a trabajar para lo que viene? -Cuando se confirmaron las características del personaje me puse a dieta estricta, volví a los fierros, comencé las clases de baile y de canto. Pero aclaro que como actor estoy superfeliz, porque tengo la suerte hacer personajes bien atípicos, y me gusta poder hacerlos. -Además del cuerpo, ¿qué va a mostrar el personaje? -Una identidad, un destino rioplatense como el tango. No va a ser sencillo, no es Guevara que podía ocultar su falencias como boxeador detrás de una fantochada, esa cosa quebrada que jugaba y disfrutaba. Guevara fue un personaje que se permitía cualquier cosa. El que viene será distinto. Ahora no quiero que sea el canyengue. Voy por la clase, la seducción, el estilo y la elegancia, al menos lo estoy buscando y no sé si lo encontraré. -¿Qué otras definiciones tiene el proyecto? -Será la novela central de canal, e irá de lunes a viernes a las 21. Tendremos un director de cine y por primera vez se intentará en este canal grabar con un sistema que ofrece una imagen similar a la del cine. Todo eso me enorgullece. -¿Y la figura femenina? -Todavía no se sabe, pero sé que serán dos protagonistas. Los tríos son más atractivos y están más relacionados con la realidad. -¿Cómo te trató este año sin estar en la pantalla, después de un suceso como el de "Campeones"? -Mal. No puedo cortar con mis raíces. Vos pensá que yo vengo de la lucha, del hambre, de la necesidad de trabajar. Esto no es Hollywood y no me hizo feliz leer el título "Ahora me pagan por no laburar", aunque sin mala voluntad, lo viví como una cachetada. -¿No disfrutás el tiempo el libre? -Lo intento pero no puedo. Sobre todo porque el entorno no es feliz; y cuando digo entorno pienso en mi familia directa que pasa las mismas necesidades de toda la población. Yo comparto ciertos logros, colaboro, ayudo, pero tiene su límite. -¿Qué sentís al participar como invitado en programas de TV? -Con Telefé tengo una relación desde marzo de este año y la idea es hacer un toque cada tanto, una participación. De todos modos, ya estamos entrando en preproducción y en noviembre empezamos a grabar el material que se verá en enero. -Telefé trajo a Soledad Silveyra y ahora te trae a vos. ¿Habrá otro suceso con ella? -Sole es un ser muy iluminado que por suerte conocí con Guevarita. Son las cosas lindas de esta carrera; después es muy ingrato interrumpir la convivencia del trabajo cuando el programa se termina. Con Sole desarrollé una empatía, somos dos personas que nos fusionamos. Es un ser que admiro y que amo. Y de algún modo envidio su garra y su talento. Soledad es una mujer que está constantemente íntegra, que no acusa los cachetazos que recibe. -Solita que dio pasos hacia la conducción televisiva y ahora a la política. ¿Es riesgoso para los actores trascender lo estrictamente actoral? -Yo fui el primero que le dije: "Hacé Gran Hermano". Si pudo facturar bien, me parece bárbaro. -Y por su actuación en política, ¿también se la aconsejaste? -Mi relación con la política está desde la infancia. A los que toman esa posibilidad los entiendo, los respeto. Incluso en mi caso, hasta Silvio Berlusconi en Italia me buscó para que acompañara su campaña y le dije no, gracias. -¿Traés una relación familiar con la participación en política? -En mi familia en el Uruguay tenemos una larga tradición frenteamplista, pero recién el año pasado apoyé explícitamente al Frente Amplio y blanqueé mi inclinación. Hoy, en relación a Solita, envidio su coraje en un momento de tanta impotencia y ojalá pueda dar vuelta lo que nos está pasando y todos podamos creer en personas honestas que son nuevas en política e intentan hacer cosas diferentes. ¿Por qué no dar una oportunidad? -En este año de poco trabajo, ¿miraste televisión? -Siempre veo y trato de estar atento a las propuestas. En cuanto a los reality show me parecen que son una moda que en cualquier momento, cuando nos descuidemos, desaparece. Y no creo que por la presencia de este tipo de propuestas tengamos pocos programas de ficción. El trabajo de los actores está resentido desde hace muchos años y por varias razones, otros intereses, porque comprar una "lata" sale más barato que producir acá. Es un tema de mucho tiempo y no está bien culpar nadie en especial.
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