Cuatro filmes llegan esta semana a las carteleras de los cines rosarinos. El drama de José Garci, "Una historia de entonces", reúne a personajes de diferente extracción social bajo una historia común y es también un homenaje al cine de la década del 40. El musical "Moulin Rouge", protagonizado por Nicole Kidman y Ewan McGregor, reconstruye el París del 1900 con imágenes barrocas y elementos de otras épocas. "El gusto de los otros", la comedia romántica de Agnes Jaoui, cuenta con sobriedad la historia de un empresario enamorado. Y en "Animalada", el filme de Sergio Bizzio, un estanciero se enamora obsesivamente de una oveja seductora.
"Una historia de entonces"
El director José Luis Garci vuelve sobre el tema de las asignaturas pendientes en "Una historia de entonces". El relato recurre a personajes opuestos por su extracción social y cultural, pero unidos por una pérdida y una historia en común. Allí radica el nudo de un drama que es a la vez un homenaje al cine de la década del 40 y un ejercicio de estética y puesta en escena.
Las protagonistas son dos mujeres, Julia, rica y culta, y Pilara, su opuesta. Ambas están vinculadas por una infancia compartida y por el hecho que las dos les perdieron el rastro a sus parejas en la guerra. Un tercer personaje femenino, mayor y con experiencia suficiente para discernir cuáles son las cosas verdaderamente importantes, equilibra una trama que de otra manera se hubiera desbordado en una excesiva apelación a lo emotivo.
Los dos personajes, Julia y Pilara, confluyen en un viaje introspectivo. La primera para encontrar la salida a su depresión y la segunda para un descubrimiento de otras alternativas a su universo cotidiano, acotado por la geografía doméstica.
"Una historia de entonces" es también un homenaje al cine y a una época. Así aparecen fragmentos de filmes clásicos a través de los cuales los personajes van adquiriendo una nueva perspectiva del mundo. Las películas se transforman también en elementos de conflicto en una sociedad cuya moral es conducida por un cura con más contradicciones humanas que fe en el dogma.
R.B.
Cal: 4 estrellas.
"Moulin Rouge"
Lo más probable es que el espectador no entienda bien de qué va "Moulin Rouge" durante los primeros quince minutos. Ahí están el París del 1900, una bizarra y barroca reconstrucción de época, un decorado deliberadamente sobrecargado, un lugar irreal y un cabaret. Las imágenes son frenéticas, se mezclan como un remolino, y se combinan con extractos de canciones de otro tiempo, de los decadentes años 70 y de la era del videoclip. Se trata de un musical de dos mundos, de dos épocas diferentes.
En ese torbellino, el director Baz Luhrmann conduce al espectador, de a poco pero con convicción, hacia un atrapante musical de ensueño. Por delante de la parafernalia hay una historia de amor que, contradictoriamente, parece de lo más creíble, y tiene a su vez todos los elementos de la tragedia. Nicole Kidman y Ewan McGregor forman una pareja con química, aunque él canta mejor que ella y ella intente reemplazar con su mirada todo lo que no puede hacer con el cuerpo.
En el delicado equilibrio entre fantasía y realidad, Luhrmann maneja con destreza el ritmo del musical y los climas de la tragedia, aunque no es esto lo que más pesa en el resultado final. Lo mejor de "Moulin Rouge", con sus excesos y todo, es que está construida sobre una selección impagable de canciones. Ahí suenan, encadenados, desde temas de Madonna hasta Celine Dion, pasando por David Bowie, Fatboy Slim, Phil Collins, The Police y Queen. Y ese es tal vez el único gran secreto de su encanto.
C.T.
Cal: 3 estrellas.
"El gusto de los otros"
La película de Agnes Jaoui se desliza, ida y vuelta, de la comedia de costumbres a la comedia romántica. Eso es lo mejor del filme, porque más allá de las situaciones trilladas que se pueden ver en "El gusto de los otros", la descripción del personaje de Mr. Castella (J.P. Bacri) tiene por momentos una fuerza heredada del Mr. Jourdain de "El burgués gentilhombre", de Moliere. Es un fresco de costumbres y la descripción de un comportamiento amoroso.
Mr. Castella es un empresario aburrido que, por cuestiones de negocios, debe ponerse a estudiar inglés, pero no tiene ganas. El interés por la lengua extranjera se le despierta porque se enamora de la profesora cuando descubre que también es actriz. Castella experimenta un cambio notable y al buscar acercarse a la mujer se pone en contacto con un mundo que desconoce y donde es el hazmerreír de los amigos intelectuales y artistas de la profesora.
Con una gran sobriedad, la película sigue la transformación de todos sus personajes, y además de la pareja central se destacan otras parejas, que conforman una segunda línea del relato, por momentos a la misma altura que la primera.
Más allá de la cuestión sobre la sensibilidad de los empresarios en un mundo salvaje como el de hoy, el filme plantea la singularidad de un personaje antes que una crítica social, y si se lo ve fuera de esta perspectiva seguramente va a decepcionar.
F.T.
Cal: 3 estrellas.
"Animalada"
¿Quién no recuerda el mejor sketch "Todo lo que siempre Ud. quiso saber sobre el sexo y no se atrevió a preguntar"?: un hombre enamorado de una oveja y la seducción que ejerce el animal sobre todos los humanos que llegan a conocerla. El escritor y director debutante argentino Sergio Bizzio retoma esta idea -y vieja fábula de la desolada Patagonia- y convierte a "Animalada" en un filme que no se decide entre la comedia negra y el drama surrealista a lo Buñuel.
Alberto y Natalie conforman un matrimonio de la aristocracia estanciera tan perfecto como aburrido. Pasan los días de verano en la estancia y el hombre, sorpresivamente, se enamora de una oveja. El amor que siente por Fanny -la oveja- se vuelve obsesivo y desencadenará una tragedia.
"Animalada" carece de sutilezas y de humor, y la crítica contra la aristocracia es apenas una mirada piadosa al mejor estilo María Luisa Bemberg o de niños ricos jugando a hacer cine escandaloso. Más bien hay una mirada clasista y de desprecio a los trabajadores rurales, porque mientras el estanciero Alberto hace el amor con la oveja, el peón Miranda la viola de puro incontinente. A todo esto, Fanny no le dice que no a nadie y menos aún al ovino negro que termina reivindicando a la especie. Al margen, los inserts (alambrados de púas, cardos, nido de hornero sangrante) irrumpen caprichosamente en el relato. Y el filme transcurre tan aburrido que obliga a contar ovejas hasta el minuto final.
J.L.C.
Cal: 2 estrellas.