Nueva York. - En el corazón de Manhattan, en zonas residenciales no lejos de Washington, en vecindarios de California y prácticamente en cada rincón del país, los norteamericanos comenzaron ayer la difícil tarea de enterrar a las víctimas de los atentados terroristas que sacudieron al país esta semana. Los primeros en recibir sepultura fueron un valiente sacerdote, capellán de los bomberos neoyorquinos, una atrevida comentarista de televisión, una madre y su pequeña hija de cuatro años. Un juez de la Corte Suprema de Justicia habló durante uno de los funerales, una senadora y un ex presidente estuvieron presentes en otro. Familiares, amigos y líderes comunitarios estuvieron juntos en tributos que se repetirán una y otra en centenares de iglesias en toda la nación, en los próximos días, en las próximas semanas, y posiblemente en los meses venideros. En la ciudad de Nueva York, en una iglesia católica muy cerca de una estación de bomberos, hombres tocando las tradicionales gaitas escocesas entonaban el himno nacional después de un servicio funerario al capellán del departamento de bomberos de la ciudad, el padre Mychal Judge. La senadora Hillary Clinton y su esposo, el ex presidente Bill Clinton, entre los dolientes. Jugde murió el martes mientras daba los santos óleos a un bombero agonizante por el ataque a las torres gemelas. El sacerdote franciscano se había quitado el casco de protección para orar cuando recibió el impacto de los escombros que caían desde el alto de los edificios. "El era un santo, un hombre extraordinario", expresó el alcalde Rudoplh Giuliani. El magistrado Clarence Thomas, en Arlington, ofreció una elegía en el funeral de Barbara Olson, una abogada y comentarista de televisión, esposa del sub secretario de Justicia Theodore Olson. Ella estaba en el avión que se estrelló contra el Pentágono el pasado martes. "Barbara logró muchas cosas en la vida, para ella no había obstáculos, ni retos demasiado grandes", expresó Thomas. "Este es un momento muy triste. Un momento que los ciudadanos de este país van a ver repetirse miles de veces en los próximos días", afirmó el juez. Congresistas, jueces federales y personalidades de la política en la capital norteamericana estuvieron entre las 1.500 personas que se congregaron en la catedral St. Thomas Moore en Arlington, al norte de Virginia. En California, familiares y amigos estuvieron reunidos para recordar a dos hombres que al parecer se enfrentaron a los secuestradores del vuelo 93 de United, que se estrelló en Pensilvania en medio de un campo de cultivo. Ambos habían logrado llamar a familiares para decirles que iban a morir y que sería el último adiós. En Pleasanton -California- unas 2.000 personas recordaron a Thomas Burnett Jr., de 38 años, un ejecutivo en una empresa de productos médicos. En San Francisco se rindió un tributo a Mark Binghan, de 31 años, dueño de una empresa de relaciones públicas y jugador del equipo San Francisco Fog, un equipo de rugby integrado por homosexuales. En la pequeña población de Eas Lyme, Connecticut, dolientes recordaron a Ruth McCourt, de 45 años, y a su hija Juliana Valentine McCourt, de 4 años. Ambas estaban a bordo de uno de los fatídicos vuelos. (AP)
| Los bomberos de Nueva York despiden a su capellán. | | Ampliar Foto | | |
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