La cantidad de personas muertas bajo balas policiales o en instituciones carcelarias aumentó significativamente en los últimos años: sólo durante el 2000 estos episodios se quintuplicaron en relación al año anterior.
Así se desprende del sexto informe presentado por el Foro Memoria y Sociedad sobre víctimas del gatillo fácil . El relevamiento fue divulgado ayer en el Museo de la Memoria (ex estación Rosario Norte). Una profundización de los casos de abuso policial en las grandes ciudades, una presión policial cada vez más fuerte sobre los sectores marginales y la victimización creciente de jóvenes de entre 19 y 20 años se encuentran entre las claves del fenómeno, según el estudio.
El informe recopila los casos de gatillo fácil ocurridos en la provincia de Santa Fe entre el 10 de diciembre de 1983 y el 30 de diciembre de 2000. En ese período, 134 personas fueron víctimas del gatillo fácil, de las cuales 57 fallecieron en comisarías o cárceles.
Los datos recogidos por el informe marcan una tendencia en aumento en los últimos años: mientras que en 1999 se registraron 15 casos, la cifra trepó a 53 en el año 2000. La mayor cantidad de episodios ocurrieron en Rosario, que encabeza la lista con 75 casos; seguida por Villa Gobernador Gálvez, con 15; y Santa Fe, con 14.
"El gatillo fácil, en la práctica, es la aplicación de la pena de muerte por determinación de los integrantes de las fuerzas policiales. Y ese tipo de comportamiento es inadmisible en un régimen constitucional", analizó el profesor Rubén Naranjo, uno de los integrantes de la entidad.
Entre los casos más resonantes de violencia policial que figuran en el informe se cuentan los de Daniel Alejandro Brenta, Walter Caballero y Andrés Velásquez, Jesús Capitani y Sergio Callejas, Claudio Cerri, Pablo Farías y José Zauli. También figura el incendio de la comisaría 25ª, de Villa Gobernador Gálvez, que arrojó 13 víctimas fatales el 15 de noviembre del año pasado y por el cual se acusó a uno de los presos sobrevivientes.
Síntoma de crisis
De acuerdo con el informe, el fenómeno del gatillo fácil castiga más de cerca a las ciudades más pobladas y está íntimamente vinculado con la crisis económica. "Al profundizarse la crisis tanto social como económica, se aplica la represión más cruda sobre los sectores más marginados", afirmó Mirta Sellarés, miembro de la agrupación, quien agregó que "hay una continuidad entre la actuación de la policía en el período de la dictadura y luego de la apertura democrática".
En ese contexto, el sector más reprimido es el de los jóvenes: el 90% de las víctimas tenía entre 18 y 29 años. Para Sellarés, las razones de esta tendencia son varias: "El gatillo fácil es una problemática que afecta especialmente a las ciudades de mayor concentración poblacional. El foco al que se ataca son los sectores más pobres y jóvenes, que están en busca de una actividad laboral. Esta es una forma de disciplinar a la sociedad y fundamentalmente a los sectores más marginados".
Según Sellarés, las víctimas de los casos de gatillo fácil son presentadas como "delincuentes con frondoso prontuario", cuando "muchas veces los familiares o los testigos dan otra versión de los hechos. Por eso el informe trata sensibilizar a la sociedad, porque cuando las balas del arma de un policía se disparan no hacen distinción. Si hay un delito, la persona debe ser detenida y condenada. Pero de ninguna manera se debe cometer un delito para subsanar otro.
La Ciudad
