Singapur. - Los políticos se han esforzado por calmar temores y los bancos centrales han dejado fluir dinero, pero los analistas temen que los ataques terroristas en Estados Unidos tengan duras repercusiones en la economía mundial.
Figuras financieras desde el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, hasta el gobernador del Banco de Inglaterra, Eddie George, se han esforzado por hacer declaraciones optimistas sobre las perspectivas de una recuperación rápida.
Ayer se informó que el gobierno y el banco central de Japón, la segunda economía del mundo, planeaban hacer un importante anuncio la semana próxima destinado a tranquilizar tanto a los consumidores como a los mercados.
Sin embargo, la realidad está demostrando ser más sombría, como lo dejó ver una fuerte caída en el índice de confianza de los consumidores estadounidenses de la Universidad de Michigan, que descendió a 83,6 en septiembre, desde 91,5 en agosto.
Y ese sondeo se realizó antes de los catastróficos ataques del martes que mataron a miles y destruyeron las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York y causaron fuertes daños en el Pentágono.
"El consumidor estaba comenzando ya a tener problemas bajo las presiones de agotados ahorros, deudas récord y creciente desempleo", explicó el jefe de economistas de Morgan Stanley, Stephen Roach, en una emotiva nota a sus clientes. Y luego ocurrió la tragedia de esta semana.
"Esta conmoción, unida a un muy pesimista conjunto de fundamentos económicos, es una combinación letal para el consumidor estadounidense", concluyó Roach. "Esta tragedia bien podría ser la gota que derrame el vaso hacia una recesión en el 2001", agregó. Morgan Stanley perdió sus oficinas centrales en las Torres Gemelas.
El experto consideró que debido a este nuevo cuadro aumentaron las posibilidades de una desaceleración mundial más pronunciada, por lo que redujo su estimación para el crecimiento económico mundial este año a sólo 1,5 por ciento, desde un ya magro 2 por ciento.
Japón aligera su política monetaria
Las olas provocadas por los ataques siguen llegando a costas asiáticas, donde hay fuertes especulaciones de que el Banco de Japón aligerará más su política monetaria en su reunión regular de la semana próxima.
Esas expectativas parecieron ser validadas ayer, cuando medios japoneses dijeron que el banco central, el ministro de Finanzas, Masajuro Shiokawa, y el ministro de Economía, Heizo Takenaka, emitirán un comunicado la semana próxima expresando una posición unificada para combatir la penumbra económica mundial. El gobernador del banco central, Masaru Hayami, admitió que los ataques estadounidenses tuvieron un impacto tan grande entre la población que serían probablemente un factor a considerar en la reunión del martes y miércoles del banco.
Todo eso llevó a los analistas a creer que el banco central aumentará más el nivel de reservas en el sistema bancario y tal vez compre más deuda gubernamental. La bolsa de Tokio recibió bien la noticia y el índice Nikkei trepó 3 por ciento.
Muchos sospechan que la Reserva Federal de Estados Unidos también actuará con prontitud. Los mercados de dinero están asumiendo ya un recorte de al menos un cuarto de punto en la tasa de fondos federales, la principal tasa de interés a corto plazo del banco central estadounidense. (Reuters)