La Argentina se perfiló ayer como el principal aliado de los Estados Unidos en la región al liderar las manifestaciones de apoyo hacia el gobierno de George Bush, que podrían traducirse en ayuda militar ante una posible represalia antiterrorista de ese país por los atentados. El gobierno argentino fue el promotor de la convocatoria a los países miembros del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Tiar) para que pasado mañana, en Washington, se consensúe una posición de respaldo a la administración norteamericana en su ofensiva militar. "Aquí hace falta una clara solidaridad internacional. Nosotros la damos al gobierno y al pueblo de Estados Unidos, que ha sido víctima de esta agresión y comprometemos nuestra acción y esfuerzo en la lucha contra el terrorismo", afirmó el presidente Fernando de la Rúa. De la Rúa confirmó ayer que si la asamblea anual de las Naciones Unidas -prevista para la semana próxima- no se suspende, viajará a Nueva York para participar de ella. El embajador de Estados Unidos en el país, James Walsh, dijo ayer que "alienta escuchar el apoyo" de la Argentina y aseguró que "entre todos eliminaremos toda forma de terror y eliminaremos a este común enemigo de la humanidad". El funcionario formuló esas expresiones durante un acto en homenaje a las víctimas de los atentados, que contó con la presencia de los principales representantes de la comunidad judía y musulmana, junto al secretario de Culto argentino, Norberto Padilla, y el embajador de Israel, Benjamín Oron. Respecto del envío de tropas, la polémica no se hizo esperar. Raúl Alfonsín expresó sus reservas, al recordar que "no tenemos un ejército o países enemigos en quienes descargar y concentrar el objetivo de la batalla", que a su juicio se librará modificando "políticas de intransigencia, dogmatismo y soberbia". Por otra parte, ayer, mientras la Federación de Entidades Argentino Arabes daba una conferencia para denunciar casos de discriminación luego del ataque, el embajador sirio en Argentina, Massoun Kassawat, denunció como falsas las informaciones de fuentes del gobierno de Estados Unidos sobre la identidad de los dos presuntos pilotos suicidas y afirmó que uno de ellos "está vivo, en la Meca" y que el otro "murió el año pasado".
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