Granadero Baigorria. - Un grupo de médicos del consejo de administración del hospital Eva Perón se reunió ayer con el ministro de Gobierno provincial, Lorenzo Domínguez, para expresarle su preocupación por los reiterados casos de violencia provocados por los detenidos que deben ser atendidos en el nosocomio y sus familiares. Los facultativos denunciaron la falta de personal policial en el lugar y aseguraron que varios profesionales y enfermeros ya resultaron seriamente lesionados.
Domínguez reconoció la problemática del nosocomio, ya que también prestó servicios en ese centro de salud, y prometió reunirse con las autoridades del Servicio Penitenciario y con el ministro de Salud, Carlos Parola, para tratar de solucionar a las necesidades reclamadas. "El reclamo es justo y no sólo vamos a analizar esta demanda, sino todas las necesidades del hospital", dijo el ministro.
La jefa de la guardia del efector provincial, Elba Baigorri, explicó que "hasta hace unos meses atrás teníamos personal policial que nos insumía unos tres mil pesos por mes, que lo pagábamos con recursos propios provenientes de las obras sociales. Por el atraso generado en los pagos la policía retiró sus servicios y le debemos unos 12 mil pesos. Ahora no tenemos ninguna clase de seguridad y los hechos de violencia se suceden diariamente".
La médica contó que a la guardia llegan pacientes adictos o alcoholizados que muchas veces llegan a agredir al personal médico y de enfermería. "El otro día una doctora estaba controlando a un paciente que sin ningún motivo la tomó del cuello, le arrancó un mechón de cabello, la tiró al suelo, la pateó e intentó ahorcarla. Por suerte pasó un familiar de un paciente que dio el alerta y se la pudo socorrer".
"Es sabido por todos -señaló- que los médicos hacemos el juramento hipocrático y de la atención que le damos a los pacientes, pero cuando corre peligro la integridad física del personal del nosocomio hay que tomar medidas en materia de seguridad para garantizar no solo la protección de los profesionales de la comunidad hospitalaria sino también la de otros pacientes".
Baigorri recordó que el hospital ya tiene una sala penitenciaria, que también ha dado algunos problemas. El sector cuenta con enfermeros propios pero el personal médico que ingresa muchas veces es de la guardia o residente. "Pretendemos que ya que las autoridades han decidido que tengamos esa sala para presos en el hospital, también nos brinden la seguridad necesaria para trabajar tranquilos. Si el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez de Rosario tiene un destacamento policial por qué nosotros no podemos tener uno aquí", se preguntó.
Malas compañías
Los familiares de los detenidos también representan un problema para el personal, ya que generalmente no se adaptan a las normas hospitalarias y cuando se desbordan patean puertas y rompen elementos. "En una ocasión una persona que había venido a visitar a un detenido entró a robar con una sevillana al dormitorio de los médicos. Ademas, cuando les decimos que entren sólo dos personas por enfermo nos escupen, insultan, empujan y pasan hasta 12 personas juntas. No entienden que estamos trabajando para mejorar la salud de sus familiares", se quejó Baigorri.
Finalmente, la facultativa señaló que "no queremos que un día de estos pase una desgracia. Sin ir más lejos, hace pocos días un paciente tuvo una crisis, se metió en una sala y derribó un tubo de oxígeno que por poco aplasta a un chiquito que estaba con su mamá cuidando a otro enfermo".
La Ciudad
