Año CXXXIV
 Nº 49.237
Rosario,
miércoles  12 de
septiembre de 2001
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El 8 de septiembre se recordó el Día Mundial de la Alfabetización
La lectura y la escritura para garantizar el conocimiento
En los países en desarrollo, la mitad de la población es analfabeta; la mayoría de ella son mujeres y niñas

Fernando Avedaño (*)

Un dato que resulta incomprensible para el siglo XXI indica que casi el 25 % de los niños y de los adultos del planeta siguen sin saber leer ni escribir. Este dato es más grave para los países en desarrollo, pues en ellos más de la mitad de su población es analfabeta, y de esa cantidad dos tercios son mujeres y niñas.
Parece claro que este siglo exige replantearse las metas alfabetizadoras para revertir esta situación, y que incluso hay que avanzar más allá de la alfabetización tradicional y asumir que ya no basta con saber leer y escribir, sino que ahora hay que leer y escribir para saber. Pero, por otra parte, es imprescindible promover el dominio de otros lenguajes fundamentales para la representación y la comunicación en nuestra sociedad, como los lenguajes gráfico-icónicos, y el manejo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación por las cuales se adquiere y difunde el conocimiento. Quien permanezca ajeno a estos saberes encontrará su vida cotidiana cada vez más difícil y sus oportunidades laborales serán cada vez menores.
En la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos en Jontiem (Tailandia, 1990) los gobiernos se comprometieron a que la alfabetización y la educación básica abarcaran a todos los niños y jóvenes en sus países para el año 2000. Pero, pese a los discursos políticos, esta es una asignatura pendiente tal como lo demuestran los datos que encabezan este artículo. No sólo porque los programas específicos sean el pariente pobre de los presupuestos educativos, sino porque aún subsisten problemas endémicos al respecto. Los materiales pedagógicos son insuficientes, la formación específica de los docentes no existe y las perspectivas de carrera de los maestros en este ámbito son mínimas.
Mohamed Maamouri, director adjunto del Instituto Internacional de Alfabetización de la Universidad de Pennsylvania, sostiene que "aunque actualmente para muchos países en desarrollo la alfabetización constituye una prioridad, lo cierto es que no ocupa el lugar que le corresponde en los proyectos de los gobiernos, de los interlocutores nacionales, de las ONG, del sector privado ni de los organismos internacionales. Debería ser objeto de inversiones de mayor envergadura y dar lugar a una mejor cooperación internacional".
La prioridad asignada a la alfabetización y a la educación básica en la década del noventa no respondió solamente a razones técnicas sino que tenía fundamentos sociales y políticos, vinculados a la equidad y a la justicia con los más vulnerables del planeta. Esa gran conquista social no se ha cumplido. Subsiste el compromiso de satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje de todos. Se requiere de intervenciones directas, integrales, contundentes desde lo educativo, desde la escuela, pero también desde la economía y la política. Esto sólo será posible desde una visión amplia y renovada de las prácticas educativas, volviendo a invertir en la gente, confiando en sus capacidades y potencialidades, sincronizando los esfuerzos y los recursos de todos los sectores sociales en la tarea común de hacer de la educación una necesidad y una acción de todos.
(*) Docente e investigador de la Universidad
Nacional de Rosario



El 25% de los niños y adultos no saben leer ni escribir.
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