Año CXXXIV
 Nº 49.234
Rosario,
domingo  09 de
septiembre de 2001
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Bush quiere un bombardero espacial
EEUU elabora un "vehículo suborbital" que destruiría blancos en el otro extremo del planeta en sólo media hora

Ed Vulliamy

New York. - Estados Unidos está estudiando desarrollar un "bombardero espacial" con el que podría destruir blancos ubicados en el otro extremo del mundo en 30 minutos a partir de su lanzamiento. Como parte de una estrategia de modernización de armamento dirigida personalmente por el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el Pentágono está elaborando los planes para un "vehículo suborbital", lanzado como una nave espacial, que Rumsfeld describe como "de valor para conducir ataques globales rápidos".
El artefacto -que inauguraría la escena para una nueva guerra estratosférica- sería capaz de lanzar bombas con precisión desde una altura de 100 km, volando a 15 veces la velocidad y 10 veces la altura de los bombarderos norteamericano actualmente en dotación. No está claro si sería tripulado.
Los planes del bombardero espacial parecen debilitar las declamaciones de EEUU acerca de que su polémico escudo antimisiles (NMD) busca fines puramente defensivos. El nuevo aparato puede ser desarrollado rápidamente exhumando y adaptando la investigación dejada de lado para la guerras de las galaxias de Ronald Reagan, junto con los planes para una nave espacial reutilizable llamada X-33 Venture Star, bajo el desarrollo de la Nasa y Lockheed Martin en Palmdale, California.
El nuevo avión podría dejar caer bombas desde tal altura que actuarían como "destructoras de búnkers", penetrando profundamente en silos subterráneos sin portar explosivo nuclear y causando masivos daños a minutos del inicio de un conflicto. Esta táctica indica la clara intención de atacar a los misiles enemigos antes que estén en capacidad de ser lanzados. Los bombarderos podrían volver a su base en EEUU en un lapso de 90 minutos desde cualquier punto del planeta. En contraste, a los bombarderos de EEUU que operaron en Kosovo en 1999, como los avanzados B-2, les tomaba 24 horas retornar a sus bases en Missouri. El nuevo avión espacial también estaría fuera del alcance de los sistemas convencionales de defensa aérea.
El detalle del desarrollo del bombardero los obtuvo el diario Los Angeles Times de fuertes partidarios del proyecto, incluyendo al hombre nominado por Rumsfeld para titular de la Junta de Jefes de Estado Mayor, el general de la fuerza aérea Ralph Eberhardt, actual comandante del Comando Espacial. El portavoz del Pentágono, almirante Craig Quigley, también es optimista, al afirmar que "los militares no podrían conseguir nada en una zona de guerra más rápidamente que con este proyecto. Podría ser útil en cualquier clase de escenarios".
Pero el plan también toca muchos nervios sensibles, muy obviamente entre los que se oponen a la militarización del espacio, asunto que el líder demócrata del Senado, Tom Daschle, llama "la única cuestión muda que he oído de esta administración". John Pike, director de la organización de investigación GlobalSecurity.org, afirma que con sus tonos de Buck Rogers, el bombardero espacial "puede volverse el póster infantil para la militarización del espacio". Los partidarios del proyecto niegan que el avión signifique la militarización del espacio, arguyendo que sus blancos estarían en la Tierra y que la nave no cumpliría una órbita completa (de ahí que se lo llame "suborbital").

Láser antimisiles
Hace poco, el Pentágono anunció su intención de probar un arma láser basada en el espacio capaz de destruir a los misiles atacantes a partir de 2005, con un costo de 110 millones de dólares. El test señalaría un retorno al núcleo de la Iniciativa de Defensa Estratégica de Reagan, la así llamada Guerra de las Galaxias de los primeros años 80 y constituye una violación clara y ofensiva de los tratados de 1972 contra armas antibalísticas firmados con Rusia.
The Observer ha verificado que las embajadas de los EEUU alrededor del mundo fueron instruidas para informar a los gobiernos anfitriones que la administración Bush piensa probar no sólo interceptores de misiles basados en tierra, como hizo hace unas semanas, sino "otras tecnologías y modos de basar" estas armas.
Como con muchos de estos proyectos, como el famoso avión espía Blackbird o el bombardero invisible al radar Stealth, el nuevo aparato puede puentear un veto del Congreso al ser incluido en el secreto "presupuesto negro" de Defensa.
Dan Plesch, director del Consejo Británico-Americano de Información de Seguridad, ha dicho que el proyecto reveló que EEUU está comprometido en el "anarquismo militar" y busca dominar el espacio militar antes de que China o Rusia sean capaces de hacerlo. "Este es el anarquismo del más fuerte, EEUU está diciendo que hará exactamente lo que desea. Esto revela una progresión importante en la estrategia de este gobierno de no alcanzar acuerdos previos con otros países, como ahora están haciendo con el sistema de defensa antimisiles. Ellos plantean una política exterior fuertemente militarizada que parece ser su única respuesta a la política global".
(*) De The Observer



Dibujo del vehículo espacial desarrollado por la Nasa.
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