Diez sacerdotes de la Iglesia Católica iniciaron ayer una huelga de hambre por tiempo indeterminado hasta que los gobiernos de la ciudad de Buenos Aires y de la Nación encuentren una solución para 60 familias desalojadas el último miércoles de un predio en el barrio porteño de Villa Lugano que continúan en el lugar.
Los sacerdotes, que residen en villas miseria de la Capital Federal, instalaron una carpa en la intersección de las calles Crisóstomo Alvarez y Rucci, donde se encuentra el asentamiento, en apoyo a las familias desalojadas.
"Acá se está generando un enfrentamiento de pobres contra pobres y alguien tiene que hacer un gesto para que esto se acabe", dijo Ernesto Narcisi, uno de los diez sacerdotes en ayuno.
El problemas comenzó cuando unas 60 familias de Ciudad oculta se instalaron en el predio de Villa Lugano, perteneciente a la ex Entel.
Los vecinos los denunciaron
Los vecinos que residen en las zonas aledañas al lugar presentaron una denuncia ante la Justicia para desalojarlos del terreno, que actualmente están en propiedad del Ente Nacional de Administración de Bienes del Estado (Enabe), organismo que también promovió la presentación en la Justicia.
La denuncia recayó en el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien en la noche del miércoles último ordenó a la Policía Federal el desalojo de los terrenos usurpados ante la resistencia de las familias. Los vecinos no quieren que se instale un asentamiento en la zona.
El jueves por la noche se produjeron algunos incidentes entre las familias y efectivos policiales que tenían que cumplir con la orden judicial, aunque los mismos no pasaron a mayores.
Narcisi dijo que "el gobierno de Capital Federal y la Nación se patean la pelota mientras la gente continúa acá en la intemperie".
Asimismo, explicó que el gobierno porteño, mediante la Comisión Municipal de la Vivienda firmó un convenio con los vecinos aledaños al asentamiento para destinar los terrenos a la urbanización de la villa 15. Pese manifestar que él mismo vio el convenio, representantes del gobierno porteño negaron su existencia, según reconoció Narcisi.
"Ni siquiera se les ocurre qué decirles. El jueves pasado intentaron ubicarlos en Crisóstomo Alvarez al 5.900, sobre otros terrenos, pero la Policía los obligó a correrse", señaló el sacerdote. "Estas familias están en una situación de desamparo y la contradicción entre las autoridades es tan grande que no nos queda otra que realizar esta huelga de hambre", concluyó. (DyN)
La Ciudad
