Daer y Moyano negocian la unificación de las dos CGT

La CGT oficial, de Rodolfo Daer, y la CGT disidente, de Hugo Moyano, avanzan sigilosa y reservadamente, pero sin pausa, hacia una unificación orgánica que, según fuentes sindicales, podría concretarse a fin de año o a principios de 2002.
La posibilidad de la unificación fue ganando consistencia, aunque subsisten divergencias en temas que incluyen el modo de estructurar una nueva conducción nacional de forma satisfactoria para la mayoría de los integrantes de ambas CGT.
También hay quienes se resisten a llevar la convivencia más allá de la "unidad de acción" y prefieren preservar la identidad y organicidad de las dos centrales por separado.
Pero además de estas y otras definiciones políticas y metodológicas, si el proceso avanzara, uno de los mayores problemas a resolver sería el nombre de quien conducirá los destinos de una eventual CGT reunificada, confiaron las fuentes consultadas.
Para influyentes dirigentes, el futuro liderazgo debería recaer sobre un sindicalista cuyo perfil renueve la imagen cegetista, forjada en los últimos cinco años a la sombra de Daer y Moyano.
El o los postulantes, agregan las fuentes, deberían sobre todo ser aceptables para las conducciones de las dos CGT y a la vez tener poder de resolución y margen de maniobra para devolver a los sindicalistas el protagonismo que esperan los promotores de la unificación.
Entre los dirigentes de ambas centrales sindicales, son muy pocos los que podrían reunir esta suma de atributos, en especial el consenso.
Las fuentes mencionan en este sentido a Oscar Lescano (Luz y Fuerza), de la CGT oficial, y a Juan Manuel Palacios (UTA) y José Rodríguez (mecánicos), de la CGT disidente, pero hay quienes aducen que los tres forman parte de los cuadros históricos.