Año CXXXIV
 Nº 49.234
Rosario,
domingo  09 de
septiembre de 2001
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En campaña. El ex automovilista es candidato a concejal de Rosario por dos sublemas del PJ
Popi Larrauri: "No prometo fantasías irrealizables"
El empresario y deportista dice que es una alternativa a las figuras desgastadas

Héctor Mendez

Más que estar acostumbrado a los discursos políticos, Oscar Poppy Larrauri es un hombre de acción. Dice que quiere ser concejal de Rosario para aplicar las experiencias que redondeó en años de labor empresaria y como deportista -sobre todo en Europa-, acostumbrado a trabajar en equipo, y subraya que no necesita dinero, fama ni trabajo. "No prometo a los rosarinos fantasías irrealizables", le dijo a La Capital. "En el medio empresarial donde me desenvuelvo, si no se genera confianza en base a seriedad permanente no se sobrevive", señala, y reafirma: "La gente puede esperar de mí un nivel de compromiso con la función que nos diferencia de todas las otras opciones, porque nadie duda de que vivimos de esa manera".
Larrauri volvió al país luego de años de grandes éxitos en el automovilismo mundial y se dedicó a la industria frigorífica, actividad en la que, junto a un hermano y dos sobrinos, emplea a 136 personas, "todas debidamente registradas, en blanco".
Hoy, con 47 años y sin hijos, "por ahora", considera que la banca de concejal podría ser la primera etapa de una carrera política. "Después veremos si la gente me quiere poner en otras funciones", se entusiasma.
Respaldado por los sublemas justicialistas Línea Santa Fe y Plenario de Unidades Básicas, el Poppy es secundado por Nora Pereyra, José Cravero, Marcelino Majul y Francisco Arcando, entre otros.
"Quiero trabajar para Rosario, para volcar en esta ciudad la experiencia que logré recorriendo el mundo, de ver cómo se han hecho distintas ciudades", se adelanta a la pregunta Larrauri.
"Empiezo la carrera política desde el PJ -prosigue- convencido de que necesitamos cambiar las figuras que han desgastado a los votantes. Es el momento del cambio".
Su inquietud fundamental pasa por la necesidad que tiene Rosario de captar inversiones que generen trabajo. "Para eso hay que pensar en las leyes necesarias", señala, y adelanta que bregará desde su banca para que esa legislación aparezca.
"Los cueros que vendemos van a Buenos Aires, de ahí a Brasil, y más tarde compramos zapatos a ese país con aquellos cueros que salieron de aquí. Y así, la industria del calzado se ha deteriorado muchísimo en Rosario pese a que llegó a niveles importantes. Algo similar pasa en otros sectores", explica.
Después de 17 años en Europa, se define como un hombre que ha cumplido ciertos objetivos y que se siente satisfecho por ello. "De ahí en más creo que puedo colaborar con la sociedad, porque para mí el político tiene que estar al servicio de la sociedad y no servirse de la sociedad".
Si bien aclara que no tiene que copiar nada a nadie, Larrauri expresa gran afecto por Carlos Reutemann. "Es un ejemplo a seguir -subraya-. El Lole está marcando un camino diferente en la política argentina, y ahora me pasa algo parecido a lo que sentía cuando empecé a correr y era un fanático de él".
Se confiesa peronista -está afiliado- y trabajador de siempre. "Con los obreros he aprendido la doctrina justicialista, a pesar de que no vengo de una familia justicialista. Creo que el peronismo tiene ilusiones que no se pueden cortar y por eso tenemos que volver a levantar sus banderas".
Larrauri reconoce que habló con Reutemann de su candidatura a concejal y señala que el gobernador "tal vez esperaba que yo empezara de más arriba", pero en definitiva "me dijo bienvenido, te tenemos con nosotros".
Tras aclarar que "no soy el candidato del Lole", vuelve a hablar de Rosario: "Es una gran metrópoli; San Lorenzo y Rosario es todo uno, pero es como si no nos diéramos cuenta. No vengo a despertar a nadie; quiero ser concejal para plantear cosas positivas y oponerme a lo que no me guste".
A modo de ejemplo, cita el caso del puerto: "Es incomprensible que esté como está", dice el empresario y deportista. Puntualmente relata que no logró respuestas cuando estuvo en tratativas para exportar dos millones de kilos mensuales de carne, para lo que necesitaba cámaras instaladas en la terminal portuaria. "No conseguí sortear el problema porque no se sabía quién manejaba el puerto -dijo-, y el negocio se cayó porque en el momento que lo precisé no logré respuestas".



Oscar Larrauri busca un box propio en el Concejo.
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