Año CXXXIV
 Nº 49.234
Rosario,
domingo  09 de
septiembre de 2001
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Entrevista. La conductora de TV enfrenta a quienes critican su candidatura
Soledad Silveyra: "Argentina está como la mujer golpeada"
La actriz aceptó el desafío de ir por una banca en la Cámara baja para priorizar la educación y la salud

Rodolfo Montes

Sorprendió con su incorporación repentina a la lista de postulantes a diputado de Argentinos por una República de Iguales (ARI) por Capital Federal, el novel movimiento que en Santa Fe lleva a Alberto Piccinini en Diputados y a Susana García (intendenta de Chañar Ladeado) y Lisandro Viale, como aspirantes a senador. En la muy antigua casa de San Telmo hay clima de trabajo; los colaboradores de Soledad Silveyra tratan de organizar la nueva vida de la actriz, ahora candidata. Está todo bien, pero es claro que el bellísimo refugio en el barrio donde nació la cultura del Río de la Plata nunca estuvo pensado para recibir la marea política que desata una campaña.
Su ingreso a la política fue providencial. Ocurrió en una taxi mientras hablaba por su celular. "Estaba viajando para Gran Hermano y el profesor (Alfredo) Bravo me llamó para ofrecerme apoyar simbólicamente la lista del ARI para diputados", contó Solita a La Capital y encendió su primer cigarrillo. "Le dije que sí, pero recién al otro día caí en la cuenta de que estaba en la nómina. Cuando acepté, pensé que apoyo simbólico no era estar en la lista", reconoció.
Después vinieron las charlas a fondo con la líder del ARI y la explicación de por qué siendo novena en la lista (sobre 13 diputados a elegir en el distrito), su postulación es simbólica. Para entrar al Congreso, la nómina debería obtener entre 70 y 80 por ciento de los votos. Una ficción. "La decisión final la tomé con Elisa Carrió. Cuando me miró a los ojos, me di cuenta de que no podía decir que no", afirmó la actriz, afecta a las intuiciones más que al peso discursivo de las palabras.
-¿Qué encontró en esa mirada?
-Me encontré con ella cuando nos miramos a los ojos. Creo mucho en eso por mi profesión. Tal vez (Carlos) Menem también miraba a los ojos, pero el descarte es diferente.
-¿Es consciente de que actuar en política es mucho más complejo que ser actriz?
-Nunca me había metido en política partidaria, aunque sí había participado en el campo social. Nunca como ahora encontré la contención y la verdad que existe en el ARI. A los que desprecian mi candidatura porque soy actriz, les digo que me parece absurdo. Sí puedo entender que soy una mujer que no tiene una experiencia en política.
-¿Se plantea aportar para recuperar el crédito de los políticos?
-Si queremos ser una democracia, los partidos deben existir. Son el vínculo del pueblo con las decisiones del Estado. Tener una dictadura es más barato, pero los costos a largo plazo ya los conocemos. Para ser un país en serio, la única que nos queda es mejorar nuestra clase política.
-¿Qué es lo mejor que usted le puede brindar al ARI?
-El sentido común. Hay que cambiar la mirada y volverla sobre los 14 millones de pobres que tenemos. Como mujer del campo de la cultura, lo lógico es aportar en ese sentido, pero es tan grande la emergencia que lo primero que voy a hacer es trabajar en todo lo que sea educación y salud.
-El ARI es un movimiento con muchas mujeres. ¿Tiene un rasgo de género?
-Expresa una nueva realidad en cuanto a la inserción de las mujeres en la política, pero necesitamos de los hombres como en todos los órdenes de la vida. La Argentina está como la mujer golpeada, que acumula sufrimiento hasta que un día dice basta y lo corta. Sale sin tener muy claro cómo seguir, empezando de nuevo, pero con una certeza: ya no la golpean más. Los argentinos nos cansamos de ser mujeres y hombres golpeados.
-Por ser una figura de la televisión, ¿aportará credibilidad a la política?
-Ser famoso por estar en televisión no otorga una credibilidad que pueda ser trasladada a la política. Lo único efectivo es la conducta de los compañeros que se quedaron solos en el Congreso, que fueron los primeros en decir basta a una situación y comenzaron una investigación que puede empezar a cambiar la historia. Tenemos que hacer lo que hacen los norteamericanos y no lo que nos aconsejan hacer, que es bien distinto.
-Su vuelco hacia la política es una decisión resonante, sobre todo por los 30 puntos de rating que midieron los programas en que le tocó actuar (Campeones) o conducir (Gran Hermano). ¿Evaluó las consecuencias?
-No tuve mucha previsión, la mirada de la Carrió pudo más que cualquier especulación. Ahora caigo en la cuenta de que me metí en un gran lío, de todos modos apasionante. Si tengo algo que perder lo perderé, porque sé que tengo mucho más para ganar.
-¿Cómo definiría al ARI?
-Como un movimiento pluralista, con peronistas, radicales, socialistas, homosexuales, gente que está por la legalización del aborto y en contra. En el ARI importa más el prójimo que uno, desde esa conducta se construye.
-¿Qué es la valentía para usted?
-Una cosa es jugar a ser valiente y otra es serlo. Cuando dije "adelante mis valientes", lo hice en el marco del juego Gran Hermano. Como máximo nos jugábamos el rating. En el ARI nos jugamos la vida, es muy distinto.



"Ahora caigo en la cuenta de que me metí en un gran lío".
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