Aunque la falta de viento pareció jugarles una mala pasada, chicos y grandes invadieron ayer el parque Scalabrini Ortiz para "pintar el cielo de Rosario" con barriletes de colores. "El barrilete une generaciones, porque siempre se remonta de a dos. Abuelos, padres y nietos, eso es lo que estamos impulsando", aseguró ayer Ariel Carnevalli, uno de los organizadores del encuentro, quien además se definió como un "fanático".
Los chicos corrieron por el parque haciendo grandes esfuerzos para que remontaran vuelo, pero si no lo lograban también tenían otras alternativas. Hubo talleres de construcción de barriletes y escuela de vuelo, aunque los organizadores reservaron para hoy, con la esperanza de que haya más viento, los combates y las exhibiciones. Mientras que a los padres también se los vio haciendo lo posible, y también lo imposible, para que los barriletes volaran ante los pedidos de los más chiquitos.
Los más fanáticos se hicieron presentes. El grupo porteño "Barriletes a toda costa" (Bataco) llegó a Rosario para mostrar los más grandes y excéntricos ejemplares. "Son fanáticos que hacen verdaderas obras de arte", destacó Carnevalli, que mantiene la esperanza de que hoy el tiempo acompañe la propuesta.
"Debe haber viento fuerte y parejo para así poder hacer los combates de barriletes, donde el objetivo es cortar el hilo del rival y derrumbarlo", indicó Carnevalli.
El encuentro continuará hoy, desde las 11 y hasta las 18, y se conocerán los nombres de los ganadores. Los que construyeron sus propios barriletes tendrán que mantenerlos 15 minutos en vuelo, para que luego el jurado decida cuál es el mejor.
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Los chicos y su esfuerzo para remontar las cometas. |  | Ampliar Foto |  | |
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La Ciudad
