Londres. - Cerca de 150 niñas católicas pasaron nuevamente por un barrio de Belfast mientras un grupo de protestantes norirlandeses se manifestaron en silencio y sin incidentes en el lugar, en las proximidades de la escuela católica que fue punto de tensión desde el inicio de la semana y en especial el pasado miércoles, cuando los protestantes lanzaron bombas molotov y piedras contra las niñas y sus padres.
Ayer, los manifestantes protestantes hicieron prueba de rechazo dándoles la espalda a las niñas, mientras estas se dirigían a la escuela católica de la Santa Cruz en el conflictivo barrio de Ardoyne Road, de neta mayoría protestante.
La comunidad protestante había pedido a los padres católicos que no llevaran ayer a sus hijos al colegio por esa zona como signo de respeto por el entierro de un adolescente de su colectividad en la mañana.
Mientras, cerca de 200 lealistas o protestantes se reunieron en Ardoyne Road para un breve acto religioso en memoria del niño protestante que murió cuando su bicicleta fue arrollada, al parecer en modo intencional, por un coche el pasado martes, en otro barrio de la ciudad. Una mujer ha sido inculpada por este incidente.
El secretario británico para Irlanda del Norte, John Reid, quien acortó sus vacaciones por el incidente, declaró a la emisora BBC que es "fundamental" proteger a los niños y su derecho a la educación. Reid volvió de urgencia al Ulster y allí se quedará todo el fin de semana, anticipó su vocero.
Servicio interreligioso
En tanto, en el colegio de la Santa Cruz, las alumnas acudieron ayer a la escuela en paz por primera vez en cinco días, pese a que la enconada disputa sectaria se mantenía. "Es la mejor mañana que hemos tenido esta semana", dijo el reverendo Norman Hamilton, un ministro prebisteriano que participó en un servicio de oraciones interreligiosas con padres católicos del colegio hostilizado. El servicio también fue un homenaje al niño protestante muerto.
Desde que comenzó el año escolar, las niñas se han visto forzadas a caminar bajo escolta policial, a través de un masivo cordón de vehículos blindados y policías.
Una bomba incendiaria casera lanzada el miércoles, que hirió gravemente a dos policías a pocos metros de distancia de las aterradas niñas, fue vista por muchos como un retroceso en la historia de 30 años de violencia que han cobrado alrededor de 3.600 vidas en la provincia británica.
Los protestantes que viven en Ardoyne Road frente a la escuela de la Santa Cruz comenzaron las protestas hace una semana para forzar a los católicos a usar una puerta trasera, alejada de sus casas. (DPA y Ansa)