El 58º Festival de Venecia llega a su fin hoy. Para el final fueron reservados algunos de los mejores filmes del programa vinculados por el clima de tragedia, como el ruso "Sestry" (Hermanas) de Serguei Bodrov Jr., el rumano "L'après-midi d'un tortionnaire" ("La tarde de un torturador") de Lucien Pintilie, y el italiano "Luna rossa", de Antonio Capuano, para no hablar del último del veterano Eric Rohmer (León de Oro a la carrera), "L'anglaise et le duc". Bodrov Jr. es el hijo de un célebre cineasta soviético, Serguei Bodrov, que lo hizo debutar a los 25 años como actor en "El prisionero del Cáucaso" (1995), filme que le hizo ganar muchos premios y lo llevó a interpretar a Alexiei Balabanov en "Hermano" y "Hermano 2" sobre un justiciero de la mafia rusa. Para su debut como director Bodrov Jr. eligió el mismo ambiente (se reserva incluso un papelito de gángster) pero las protagonistas son dos hermanastras que huyen de la venganza de un clan mafioso. Las aventuras de las dos hermanas, con su serie de fugas rocambolescas, son sólo un pretexto para mostrar el desarrollo de una relación que de una mutua intolerancia inicial desembocará en un amor verdaderamente fraternal. Lucien Pintilie es el más conocido de los directores rumanos de la hoy. Después de debutar en 1965 con "Domingo a las seis" (aplaudido en el Festival de Mar del Plata) prosiguió su carrera en el exilio, sobre todo en teatro en París. A la caída del régimen comunista de Nicolás Ceausescu, Pintille volvió a su país para hacer una serie de filmes que tocan generalmente el tema de la opresión del poder.. "La tarde de un torturador" es la larga confesión autoabsolutoria de un hombre al servicio del poder y sobre todo de su sadismo y que se crea coartadas para terminar presentándose como una víctima. Pintilie, que en 1998 ganó el premio especial del jurado de este certamen con "Terminus Paradis", se aproxima al oscuro mundo de los torturadores en su país, donde se ha publicado una enciclopedia de torturadores con 1.700 nombres. A través de las confesiones de los crímenes de uno de ellos, Pintilie quiere explorar la naturaleza de estos seres. Fue Francis Ford Coppola el primero que identificó a una familia de mafiosos con los Atridas, protagonistas de una serie de clásicas tragedias griegas. Ahora esa idea es retomada por el italiano Antonio Capuano en "Luna rossa" donde los integrantes de un clan de la mafia napolitana se matan entre ellos en un crescendo casi rossiniano. Servido por un elenco de actores napolitanos extraordinarios, "Luna Rossa" es el cuarto largometraje de un director de 51 años que ha utilizado su ciudad natal, Nápoles, como fondo para una crítica de la sociedad matriarcal del sur italiano y que ha demostrado no tener miedo de ser un testigo incómodo de la realidad. Una de las medias decepciones de la muestra fue la película del director serbio Goran Paskaljevic. Ambienta en Irlanda para su primer filme en inglés, "How Harry Become a Tree" ("Cómo Harry se transformó en un árbol"), narra una historia china sobre un hombre que se inventa un enemigo y lo persigue hasta su muerte. La implacabilidad del odio que siente Harry por George, un buen hombre con el único defecto de acostarse con sus criadas, lo llevará a destruir la vida de la persona que más ama, su hijo, a quien arruinará su noche de bodas y tratará de llevar al suicidio a su nuera. Pero logrado su propósito, Harry ve vaciada su vida de todo objetivo y se convierte en árbol. Estamos muy lejos de la locura balcánica tan bien descrita por Paskaljevic en "Como barril de pólvora" y a despecho de la excelente actuación de dos actores como Colm Meaney y Adrian Dunbar, el filme suena falso y convence poco.
| |