María Laura Cicerchia
Una joyería del microcentro fue saqueada en la madrugada de ayer por autores desconocidos que violentaron una persiana de hierro y luego destrozaron el blíndex del local para escapar con joyas y dinero en efectivo por un valor estimado en 30 mil pesos. El episodio se convirtió en una señal de alerta para los comerciantes del ramo, quienes ayer revivieron la angustia por el asesinato del joyero Sergio Moliné -ocurrido durante un robo en febrero pasado- y aseguraron que la inseguridad del sector va en aumento. El incidente se produjo a la madrugada, alrededor de las 5, en la joyería M y M, de Maipú 1039. Los asaltantes aprovecharon un corte general de luz que afectó la iluminación de la vía pública para violentar el ingreso al local. Una fuente policial informó que los delincuentes forzaron la persiana de hierro que protege el local, la levantaron hasta unos 80 centímetros del suelo y luego hicieron estallar a golpes la puerta vidriada del negocio. Los maleantes arrasaron con toda la mercadería que encontraron a mano. Se llevaron el dinero en efectivo de la caja y vaciaron el mostrador. Se alzaron con alhajas, bandejas con anillos (unos cien en total), y todos los dijes y aros que había en el comercio. El dueño de la joyería, Guillermo Martigiani, estimó el monto de lo sustraído en unos 30 mil pesos. "Se llevaron todo lo que estaba en el mostrador, ahora vamos a tener que pedir prestado para llenar el negocio", reveló el comerciante. El robo fue descubierto a la madrugada por agentes de la comisaría 1ª que patrullaban la zona, a quienes les llamó la atención que la persiana metálica del local estuviera levantada. Cuando el matrimonio Martigiani llegó al local, alertado por la policía, encontró una montaña de gruesos vidrios cubriendo la vereda y el local completamente desordenado y saqueado. No obstante, los maleantes no intentaron violentar la caja fuerte, donde se hallaban las joyas de más valor. Una fuente de la investigación aseguró que los ladrones realizaron un trabajo paciente y profesional. "Primero tuvieron que forzar la puerta enrejada con una barreta y después golpear el vidrio. Seguramente aprovecharon el corte de luz y la lluvia que caía a esa hora. Uno de ellos habrá trabajado tranquilo mientras otro hacía de campana simulando que esperaba un colectivo", afirmó el vocero. Hasta ayer los agentes de la comisaría 1ª no tenían pistas sobre los asaltantes, que no dejaron rastros en el local. "En esta calle de noche no hay policías ni gente, es una boca de lobo. La explosión de la puerta blindada produjo un ruido impresionante y nadie se enteró", señaló la esposa de Martigiani, que mantuvo su nombre en reserva. La mujer reveló que este es el tercer robo que sufren en dos años. Los anteriores fueron asaltos a mano armada. "Ya no hay medidas de seguridad que alcancen. Tenemos alarma y un custodio de seguridad privada durante el día, pero es imposible costearlo de noche. Encima las compañías de seguros no cubren mercaderías valiosas", continuó la comerciante, mientras acomodaba las pocas joyas que le quedaron. "Ahora voy a tener que pedir mercadería prestada para llenar el negocio", agregó. En tanto, los comerciantes del ramo reaccionaron con preocupación: "Las vidrieras son tentadoras. Hay dos mujeres policías vigilando, pero igual asaltan todos los días y en cualquier momento", coincidieron.
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