El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobará oficialmente hoy la ampliación del programa de financiamiento que incluye el desembolso de 8.000 millones de dólares a la Argentina, destinado a reforzar las reservas perdidas durante la crisis y avalar una readecuación de la deuda pública para alcanzar el déficit cero. En el país recrudece la polémica en torno al ajuste de la coparticipación federal, una medida que está prevista en el acuerdo pero es resistida por los gobernadores y se volvió a complicar la situación de los mercados, con cuatro caídas consecutivas de la Bolsa y la reinstalación del riesgo país por encima de los 1.450 puntos.
El titular del Fondo Monetario Internacional, Horst Köhler, ya recomendó la aprobación del memorandum presentado por la Argentina para habilitarle 8 mil millones de dólares, por lo que el acto de hoy en el que se firmará el acuerdo se considera como sólo un paso formal.
Ese acuerdo contempla un crédito adicional de 8.000 millones de dólares, a los 40.000 millones del blindaje financiero, de los cuales 4.000 millones serán destinados a fortalecer las reservas del Banco Central, 1.000 millones tendrán como destino el Tesoro y 3.000 millones estarán dirigidos a una reestructuración de la deuda.
Las exigencias
Entre los puntos sobresalientes de los requisitos establecidos por el FMI para otorgar los fondos se establece el envío al Congreso de una nueva ley de coparticipación federal antes de fin de año; un cambio en los términos del pacto fiscal de 2000 si los ingresos tributarios siguen cayendo; se determina que las provincias deberán avanzar con programas de privatizaciones de empresas de agua, energía y loterías provinciales; también se utilizarán bonos para pagar salarios y a los proveedores; se establece una reducción de 6 mil millones de pesos en el presupuesto del año 2002; se analiza un canje de deuda en los próximos meses que se facilitará con 3 mil millones que forman parte del programa de ampliación de recursos; y fija una simplificación de los mecanismos de facilidades de pago de impuestos.
Ayer, el director del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, destacó que "el gobierno (de Fernando de la Rúa) está haciendo todo lo que ha prometido y la cooperación internacional va a estar abierta para oirlo y colaborar".
En tanto, el subsecretario de Financiamiento, Julio Dreizzen, aseguró ayer que con los desembolsos previstos de los organismos internacionales, sumado a los ahorros obtenidos por los canjes de deuda realizados en febrero y junio, y la aprobación de la ley de déficit cero, la Argentina podría "estar fuera del mercado de capitales hasta el último trimestre del año 2002".
No obstante, Dreizzen aclaró que "esto no quiere decir que la Argentina no vaya a salir al mercado hasta octubre" sino que no lo necesita, deslizando la posibilidad de que en tanto las condiciones mejoren podría colocarse deuda el año próximo.
El funcionario realizó declaraciones durante una conferencia de prensa que ofreció esta tarde en el Palacio de Hacienda, en la que brindó precisiones sobre el programa de financiamiento para el año próximo.
Las cuentas de Economía
El subsecretario Julio Dreizzen explicó que la ley de déficit cero provoca un ahorro para el año 2002 de 5.000 millones de dólares, a lo que hay que sumarle beneficios por 1.100 millones del canje de febrero y otros 2.700 millones producto de la similar operación que se realizó en junio.
A este esquema hay que añadirle 5.600 millones que ingresarán por el blindaje financiero y 4.000 millones que llegarán como parte del acuerdo adicional que mañana aprobará el directorio del FMI.
Dreizzen precisó que el programa financiero para 2002 incluye los egresos resultantes de los vencimientos de las Facilidad de Reservas Suplementarias (FRS) del FMI previstos sobre esas erogaciones y anticipó que si las condiciones de mercado no fuesen favorables la Argentina cuenta con la opción de solicitar una extensión de plazos.
Añadió que para octubre de 2002 el Tesoro nacional necesitará financiamiento por 2.245 millones.
A su vez, el funcionario reiteró que el financiamiento para lo que resta de 2001 "está cubierto" con los desembolsos de los organismos, los canjes de Letes y los flujos de dinero habituales hacia los fondos de pensión.
Consultado sobre la operación de canje de deuda que está incluida en la carta de intención elevada al FMI y que cuenta con el respaldo de 3.000 millones, Dreizzen eludió hacer comentarios y sólo reconoció que "algunos bancos acercaron ideas, pero nada más".