Bernie Ecclestone, el magnate de la Fórmula Uno, hace tiempo que tiene claro que el futuro de la categoría pasa por sustituir algunos anquilosados grandes premios en Europa por nuevos y exóticos mercados, aunque sólo ahora se atrevió a decirlo. "El mundo está cambiando rápido, muy rápido actualmente, y hay que adaptarse a eso", filosofó Ecclestone durante el pasado Gran Premio de Bélgica. Hace tiempo que es pública su intención de llevar una carrera a Moscú, donde se está construyendo un circuito, y también se barajan los nombres de China, Bahrein y Dubai. La advertencia, dirigida especialmente a la Vieja Europa, es clara y directa. "Ningún organizador puede considerar su carrera como segura en el campeonato mundial", afirma el inglés, que acota su amenaza: "Eliminaremos dos o tres carreras en Europa". En una entrevista concedida al diario francés L'Equipe, Ecclestone insinuó hacia dónde se dirigirá su hacha en principio. "No es lógico que haya dos carreras en Alemania o Italia", afirmó. En su punto de mira están Hockenheim y Nurburgring, de Alemania, y Monza y sobre todo Imola, en Italia. Entre los pretendientes a un Gran Premio, las inversiones están en marcha incluso antes de que haya nada seguro. El trazado moscovita, dirigido por el jefe de la escudería Arrows e íntimo amigo de Ecclestone Tom Walkinshaw, costará casi mil millones de dólares. En China el trazado ya está listo, y en Bahrein comenzarán las obras en 2002. También Dubai, Egipto, India y El Líbano están en el punto de mira de Ecclestone. Al mismo tiempo, Sudáfrica quiere regresar al calendario y los candidatos se multiplican.
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