Isla de Navidad, Australia. - Australia acabó ayer con una crisis de refugiados al lograr un acuerdo con Nueva Zelanda y la isla de Nauru para que admitan a cientos de inmigrantes en un carguero noruego en el océano Indico. Bajo intensa presión internacional, Australia logró una solución diplomática para resolver un estancamiento que duró seis días sobre la suerte de los inmigrantes, la mayoría afganos, a los que había rehusado aceptar, al igual que lo hizo Indonesia. El acuerdo -que salva la cara al primer ministro australiano John Howard en vísperas prácticamente de una dura elección- consiste en la aceptación por parte de Nueva Zelanda de 150 inmigrantes de los 460 a bordo del buque Tampa, mientras que el resto será admitido en la isla de Nauru, en el Pacífico. "Anuncio que hemos logrado un acuerdo con los gobiernos de Nueva Zelanda y Nauru para encontrar un procedimiento que aplicar a la gente rescatada por el Tampa", dijo Howard en una conferencia de prensa en Sydney.
Howard, que ha recibido fuerte apoyo público por su postura firme contra la admisión de inmigrantes ilegales, dijo que las aspiraciones de ser reconocidos como refugiados serían examinadas tanto en Nueva Zelanda como en Nauru, una isla que tiene tan solo 21 kilómetros cuadrados. El primer ministro dijo que los inmigrantes, que fueron rescatados de un transbordador indonesio que se hundía, no podrán pie en territorio australiano pero serán transportados por un tercer país a aquellos destinos acordados dentro de unos días.
El buque noruego no llevará a los inmigrantes a Nueva Zelanda o a Nauru sino que los transferirá a un barco que no será australiano, probablemente en una posición cercana a donde se encuentra ahora el Tampa. Los propietarios del barco habían anunciado que no transportarían a los refugiados a esos países. "Los que se determinen en Nueva Zelanda que sean refugiados auténticos, permanecerán allí", dijo Howard, quien agregó que igualmente los que demuestren esa condición en Nauru podrán solicitar viajar a Australia o a otros países. "En el caso de Nauru, Australia asumirá naturalmente de forma completa y sin calificativos el costo total de la operación para que Nauru no quede en desventaja por lo que ha sido ofrecido y aceptado por Australia", agregó.
Se llegó al acuerdo tras una situación tensa entre el carguero, que rescató a los inmigrantes el pasado domingo y se tuvo que desviar de su rumbo a Singapur, para encaminarse con ellos a un punto remoto australiano, la Isla de Navidad. Australia rechazó la posibilidad de que los inmigrantes pisasen su territorio, asumiendo una postura dura contra la creciente oleada de inmigrantes ilegales mientras que Indonesia rehusó asumir toda responsabilidad a pesar de ser el último puerto de embarque.
Falta de compasión
Grupos de protección de derechos humanos y diversos gobiernos condenaron a Australia por su aparente falta de compasión, pero Howard se mantuvo en su postura, al tiempo de tratar de lograr un acuerdo. Las Naciones Unidas pidieron el viernes a Australia que permitiera a los inmigrantes que abarrotan el carguero noruego a que pudieran descender en su territorio, como primer paso para solucionar lo que se ha convertido en una disputa internacional.
La petición fue presentada ante el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) en Ginebra, donde se reunieron funcionarios de Australia, Noruega, Indonesia y Nueva Zelanda para discutir un plan de tres puntos para poner fin al conflicto. Pero, la solución obtenida por Howard le permite mantenerse en su negativa a que los inmigrantes puedan pisar territorio australiano.
La primer ministro de Nueva Zelanda, Helen Clark, dijo que iba a trabajar estrechamente con Australia y la Acnur para encontrar una fórmula para solucionar la situación de los inmigrantes, situados en aguas frente a la Isla Navidad, a 350 kilómetros del sur de Indonesia y a 1.500 kilómetros de tierra firme australiana. "La oferta de Nueva Zelanda y de Nauru rompió el estancamiento que se había producido acerca de los refugiados para que pudieran tocar tierra inicialmente y ser examinados", dijo Clark en un comunicado.
La primer ministro dijo que la postura neozelandesa era la de que 21 mujeres, 44 niños y grupos familiares sean los que más estaban sufriendo en el Tampa. El presidente de Nauru, Rene Harris, dijo que su país, con una población de 12.000 habitantes, estaba encantado de ayudar a resolver la situación. "Lo que cuenta es que estamos tratando con 300 vidas humanas, sin pensar en su origen o sus circunstancias. Nauru está en posición de asistir a la gente del Tampa", dijo en un comunicado. "Los nauruanos son un pueblo compasivo y ya hemos localizado donde se prestará un acomodo temporal para acoger a los que buscan asilo", agregó.
El armador del Tampa, la firma de navegación Wallenius Wilhelmsen, señaló que el capitán Arne Rinnan del carguero estaba encantado de que se haya llegado a una solución y que está deseando poder continuar su rumbo original a Singapur. "Lo que está esperando oir es como se va a producir el desembarco de la gente para que pueda reanudar su viaje", dijo en una rueda de prensa el director regional de Wallenius Wilhelmsen, Peter Dexter.