Juan Salinas
Beatriz Sarlo opina que la diputada Elisa Carrió "está mucho más cerca de las celebrities (celebridades) que de la política". Sin embargo, pese a sus críticas punzantes, esta socióloga socialista, politóloga y ensayista tiene confianza en que Carrió puede conseguir un gran futuro en el mundo de la política: "Todavía está a tiempo para hacer una corrección", asegura. En una entrevista con La Capital, Sarlo señaló que "frente a esta crisis absolutamente radical hay un imaginario salvacionista que domina incluso a políticos que antes parecían realistas", sostuvo la escritora, para muchos la intelectual de más peso que pudo mostrar el hoy alicaído Frepaso. Esa "salvación mágica", según Sarlo, domina a los hombres del gobierno, y no se salva ni el ministro de Economía, Domingo Cavallo, "que era un político de derecha pero realista y hoy ha quedado prisionero de ese imaginario", afirmó. "Cavallo pensaba que él podría gozar una relativa independencia, y acuñó en sus primeras semanas de ministro una frase muy dandy: «Yo no me ocupo de los numeritos». Dijo que no iba a Washington a hablar con el Fondo Monetario, que de los «numeritos» se ocupaban otros. Es una frase de una displicencia que la terrible realidad argentina no permite. Tenía que ser borrada y fue borrada con un duro aprendizaje del propio Cavallo y de su equipo económico", sentenció Sarlo, además de señalar que "hubo un Cavallo productivista que duró quince días". -¿Se puede construir un espacio político desde la credibilidad? -La credibilidad es un capital político muy volátil. Los políticos se han acostumbrado a decir: "La gente nos reconoce esto, según aparece en las encuestas", y las encuestas duran lo que dura el humor político. Por otro lado, el aumento de popularidad no necesariamente refleja la construcción de un polo de opinión capaz de traducirse en acción política. Al mismo tiempo que Carrió sube en las encuestas, Ruckauf se mantiene. Y hablamos del gobernador más catastrófico de la provincia de Buenos Aires, un político que se manifiesta como irresponsable. La credibilidad que tiene Carrió fue obtenida en buena ley, pero que no vuelva a destacar su popularidad en las encuestas. No me parece mal que los políticos consulten los sondeos para saber dónde están parados, pero siempre que no consideren que son un instrumento para construir política, porque no lo son. -¿Qué opina de los actores tentados por las candidaturas? -Carrió construye un perfil que está mucho más cerca de las celebrities que de la política. Entiendo la tentación que sienten los políticos de construirse un perfil compatible con las revistas del corazón, que es una especie de petición mediática permanente, y que es abstracto pedirle a los políticos que se sustraigan por completo a estos estilos de la política contemporánea. Sin embargo, puede haber un manejo un poco más gobernado de los estilos mediáticos. Lo que estoy viendo con bastante escándalo en Carrió es la acentuación de esa histeria mediática; con ese estilo no se construye buena política. No tengo nada en contra de que una actriz, un cantor o un escritor formen parte de las listas de un partido. Se trata de ver de qué listas y de qué partido. Ahora, el ARI no es un partido: es simplemente un conjunto de valores, no es nada que se asemeje a algo que pueda gobernar. -¿Entonces no debería incluir a gente del espectáculo en sus listas? -Carrió sabe mejor que nadie que ser diputado es una de las cosas más complicadas y una de las actividades más full time que se puede tener. Es una actividad que requiere una enorme especialización, una muy grande capacidad intelectual... Salvo que Carrió piense que va a liderar una bancada donde ella va a ser la líder carismática y donde las otras personas se van a sentar a votar. Cosa que sería terrible. Se me dirá que no son muchos los que vienen del show business, pero siempre son demasiados. -Usted critica duramente al partido de Carrió... -El camino de Carrió es a largo plazo, y confío en que no lo abandone. Pero cuando uno compara al ARI con el Frepaso, veo que en sus orígenes el Frepaso tenía más cuadros políticos que los que están rodeando hoy a Carrió. Estaban (Alfredo) Bravo y los socialistas, que hoy están con Carrió, pero había políticos de enorme experiencia como Auyero. El ARI empieza con mucho menos, y esa falta no se compensa con el mundo del show business ni con que Carrió se convierta en una celebrity. Quiero que sea una política muy importante, todavía está a tiempo para hacer una corrección.
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