Carina Bazzoni
Todo ocurrió el mismo día, a la misma hora, pero en lugares diferentes. En su programa, Jorge Lanata le preguntaba a Julio Bocca si era gay y el bailarín respondía: "Todavía no, por ahora soy bisexual". Mientras tanto Nicolás Repetto hacía lo propio con el conductor Juan Castro. Meses antes el actor Fernando Peña confesaba en el programa de Susana Giménez ser "un puto triste" y Gastón Trezeguet deslumbraba a sus compañeros de encierro de El Gran Hermano con sus historias de amor con otros hombres. Las cosas estaban así, sólo faltaba unirlas y encontrarles un buen título. Así lo hizo el periodista Osvaldo Bazán, que llevó a la tapa de la revista "Noticias" su nota sobre "La confesión gay". Y, por si esto fuera poco, al pie del informe proponía: "Siguiendo una tendencia que los famosos apuntan, parece ser que, en cualquier momento, en cualquier lado, alguien anunciará su condición de gay. Como el autor de esta nota". La cita no pasó desapercibida, la semana siguiente Bazán reconocía su homosexualidad en el inicio del ciclo "Impacto a las 12" que conduce Mauro Viale.
"Puede ser que yo haya hecho un show con una intención militante. No me desagrada la idea", reconoció Bazán en diálogo con La Capital. El periodista iniciado en Rosario que emigró en el 96 a los medios capitalinos admitió con humor que "hoy es un negocio prometedor ser un gay mediático en la Argentina", pero al mismo tiempo espera que estos episodios ayuden a "abrir la cabeza de la gente". Lo que sigue es más o menos el trasfondo del pretendido destape gay.
-¿Cuánto hay de show en todo esto y cuánto de militancia?
-Dejámelo pensar un segundo. En verdad, creo que no son términos contrapuestos. Me parece que a esta altura del partido, y por el camino que va el mundo, toda acción tiene como una obligación de contar con algo de show para atraer. El tema es con qué lo hacés o con qué intención. Puede ser que yo haya hecho un show con una intención militante. No me desagrada la idea.
-Entonces...
-Es una militancia que usa del show. Y no es sólo militancia, también sirve para vender revistas, que en este caso mientras más revistas se vendan también es militancia. Es todo un círculo muy simpático.
-¿Si siguieras trabajando en Rosario cabría esta confesión?
-Yo hablé de esto en Rosario muchas veces antes de irme a vivir a Buenos Aires. Por ahí no era una cosa tan abierta como este caso pero nunca oculté nada en ningún ámbito.
-¿Rosario está en las mismas condiciones que Buenos Aires para aceptar que alguien diga: "Bueno, soy homosexual, ¿y cuál es el problema"?
-Creo que sí porque el poder de los medios de comunicación es muy fuerte y, entonces, las cosas que le pasan a un pibe por la cabeza en Rosario son las mismas que le pasan a un pibe de Buenos Aires, porque están viendo lo mismo. Ahora, cómo se dan hoy por hoy las coordenadas de la libertad en Rosario no lo sé demasiado porque no estoy viviendo allá, sólo tengo a mis amigos. Pero me parece que sí.
-¿Entonces esta "confesión gay" puede llegar también a Rosario?
-Lo que pasa es que en Rosario no hay famosos, esa es la gran diferencia. No hay farándula y la farándula es como demasiado restringida, no tiene actores o este tipo de cosas que la hagan más liberal. No es que no haya actores, pero hay menos farándula mediática y este tema ha saltado acá, curiosamente, por el lado de la farándula. Entonces, eso es lo que puede ser distinto. Por lo demás, yo conozco gente de Rosario de varias profesiones que reconoce tranquilamente su homosexualidad. Por ahí no tanta como quisiera, pero bueno, esto es otro tema.
-En tu nota de "Noticias", el chico de Gran Hermano (Gastón Trezeguet) dice que este "destape" le abre la cabeza a la gente. ¿Coincidís con esto, o creés que más bien queda registrado como una anécdota más de algún personaje?
-Esa es la gran incógnita. ¿Servirá para algo esto? Primero te digo lo que espero: espero que sí. Por el otro lado te digo lo que pienso: no estoy tan seguro.
-¿Por qué?
-El miércoles (pasado) el diario "Clarín" hizo dos páginas hablando de la posible enfermedad de Fernando Peña. Pero no sacó absolutamente nada del hecho de que el día anterior se había presentado en la Legislatura porteña el proyecto de unión civil de parejas homosexuales. Y que fue muy bien aceptado por todos los bloques. Entonces, creo que se están quedando en la anécdota y se están perdiendo el tema. Si esto es así, el "destape" no sirve. Pero creo que siempre alguna cosa queda.
-¿Qué cosas creés que quedaron después de la nota de "Noticias" o de tu participación en el programa de Mauro Viale?
-Con el programa de Viale tomé el mismo compromiso que hubiera tomado cualquier periodista que hace una nota que tiene buena repercusión, no me pareció mal salir a defender la nota. Después escuché quichicientosmil comentarios. El primero fue la venta que tuvo la revista que fue mucho más solicitada de lo que se hace cuando, por ejemplo, trae temas políticos. Además, a la redacción llegaron cientos de mails. Algunos maravillosos como el de un pibe que me contó que a partir de la nota se animó a hablar de su sexualidad con su familia. Con el programa de Viale me pasaron cosas muy raras, algunas que no sé cómo se manejan. Una mañana se me acercó una mujer de unos setenta años en el subte y me preguntó si yo era el periodista de "Noticias" que había aparecido en el programa de Mauro Viale. Cuando le contesté que sí me dijo: "Mire si yo hubiera pensado como usted, no me habría casado, no hubiera tenido hijos, no hubiera tenido nietos y, quizás, en una de esas hubiera sido feliz". Imaginate que yo no me puedo hacer cargo de esto. Solamente salí una vez en televisión al lado de Federico Kleim, pero pasan estas cosas.
-¿No se corre el riesgo de que todos tengan que empezar a responder sobre su sexualidad?
-Eso dependerá del grado de madurez que tengamos. Yo espero que no. Es cierto que está más abierto el tema para poder hablar, pero espero que nadie tenga que estar obligado a aceptar nada de lo cual no esté de acuerdo.
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La Ciudad
