Lo esperaban todos. Los periodistas de Buenos Aires y los escasos representantes de los medios rosarinos. Y él, Jeremías Gallego, salió del vestuario con toda la felicidad a cuestas para expresar las sensaciones que le dejó su auspicioso estreno en primera. "La verdad que debutar y ganar era lo mejor que me podía pasar", dijo al principio, obviando su muy buena actuación. Después, cuando Ovacion le preguntó cómo se había sentido bajo los tres palos, comentó: "Me dieron esta oportunidad y creo que cumplí. Me sentí seguro y por eso le quiero agradecer el apoyo tanto al cuerpo técnico como a mis compañeros". Jeremías comentó que el viernes a la noche se comunicó telefónicamente con su padre Américo Rubén, el famoso Tolo, de quien dijo: "Siempre me da consejos y me hace sentir seguro". Al ex técnico de River Plate no se lo vio en la zona de plateas ni en el palco oficial, pero habría estado escondido en un rincón de la enorme popular visitante. Ante una pregunta sobre si su padre lo había ido a ver, esbozó su mejor sonrisa y dijo: "No sé, no sé". La sensación fue que, efectivamente, esa silueta camuflada que se observaba desde el palco de prensa a lejanos 100 metros de distancia era la del Tolo.
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